Jorge Pérez, ginecobstetra de la Maternidad del Sur. (Foto Dayrí Blanco)

Ya no hay controles obstétricos una vez al mes. Las horas que se deben invertir en cola por algunos kilos de comida y la falta de presupuesto así lo ha determinado. Tampoco alcanza para comprar las medicinas propias de la etapa de gestación que en su mayoría están escasas. El resultado es alarmante: 75 embarazadas han fallecido en Carabobo este año por factores asociados a desnutrición y falta de atención médica.

Es una cifra inédita en la región. Jorge Pérez, ginecólogo y representante de la Asociación Civil Médicos Unidos de Carabobo, detalló que se trata de un número que triplica al registrado en 2015.

Los efectos no solo se contabilizan en la cantidad de muertes maternas. Durante el último año se han incrementado lo casos de partos prematuros y bebés que nacen con serias complicaciones de salud y que no pueden ser atendidos como lo necesitan porque en el estado no existen los cupo suficientes en cuidados intermedios e intensivos neonatales.

Es una crisis que comienza en la etapa prenatal y que se agudiza al momento de la atención hospitalaria por la escasez de insumos y medicinas y las condiciones de insalubridad de los centros asistenciales. En el Hospital Materno Infantil José María Vargas (Maternidad del Sur), que recibe alrededor de 150 emergencias y atiende 40 partos y 15 cesáreas diarias, esto es evidente con el colapso de 95% de sus servicios, según denunció Pérez.

Ahí se conjuga la proliferación de roedores por una estructura abandonada que debería ser un hospital pediátrico, con basura en todos los alrededores del lugar, insectos, desechos hospitalarios que carecen de la disposición final requerida y no hay productos para la desinfección de las áreas. “Vemos con frecuencia a perro con placentas en la boca”.

Solo con una camilla ginecológica se cuenta en la Maternidad del Sur. El resto de las pacientes son atendidas en camas de medicina general donde únicamente se reciben emergencias porque desde hace 12 años están suspendidas las intervenciones quirúrgicas electivas ginecológicas porque lo quirófanos están inoperativos.

La escasez de insumos médicos dificulta la situación. Las pacientes debe comprar desde suturas y soluciones y pagar por exámenes de laboratorio e incluso por la alimentación en la fase hospitalaria porque los comedores están clausurados. “Es algo que no solo pasa en la Maternidad del Sur, también ocurre en la de la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET) y en Ángel Larralde (Hospital Carabobo)”.




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