Marianela Ágreda Armas

Los panaderos de Maracay reciben menos del 50% del suministro de harina de trigo, lo que causa angustia en ese sector que tampoco cuenta con inventarios de azúcar, mantequilla y manteca.

El préstamo de sacos de harina entre panaderías se convirtió en el pan nuestro de cada día, mientras que la producción del rubro en muchos casos se limita a horas específicas y en menos cantidad.

Supuestamente llegaron a Venezuela los buques cargados con trigo, pero la información que manejamos es que para activar los molinos se necesita más cantidad, por eso ha disminuido más de 50% el suministro de la harina”, explicó Armando De Oliveira, encargado de una panadería en el centro de Maracay.

Señaló que son muchas las panaderías que se salvan de la escasez de harina de trigo porque cuentan con 3 compañías distribuidoras.

En su caso, relató que de 20 variedades de pan saca 5 por día, medida que debió aplicar desde hace 2 semanas para rendir la materia prima pues solo cuenta con 5 sacos prestados, sin embargo, dijo que conoce muchos establecimientos que ya no disponen del producto.

De Oliveira denunció que no conforme con la escasez de insumos en la industria panadera, la empresa Cargill de Venezuela que se encargaba del comercio directo de la harina con las panaderías, ahora pasó a manos de la distribuidora Hermanos Camacho, lo que a su juicio complica aún más el panorama con el intermediario pues la experiencia le indica “que todo se vuelve una rosca”.

Tampoco consiguen huevos para la elaboración de los productos y aunque el rubro está regulado por el Ejecutivo nacional en 420 bolívares el cartón, deben adquirir la caja entre 16 mil y 22 mil bolívares. Sobre la mantequilla indicó que también está escasa, pero desconoce el motivo del atraso de empresas Diana en la distribución después de Semana Santa.

La situación obligó al comerciante a elevar el precio de los productos, de manera que el pan francés se expende en Bs 50 por unidad y el campesino en Bs 320.

En sus 23 años dedicado al ramo panadero, De Oliveira aseguró que la panadería no había atravesado una crisis similar, “no queda de otra, hay que comprar los productos con sobreprecio para poder asegurar la producción del pan y la clientela está comprando la mitad de lo que adquiría antes”.

Prevé que ante la situación que atraviesan, serán muchas las panaderías que van a quebrar, y otras quedarán como negocio exclusivamente familiar.




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