AFP

Arabia Saudita continuaba este domingo bajo las críticas por la masacre del sábado en la capital yemení provocada por un bombardeo en donde murieron más de 140 personas, y que llevó a Washington a distanciarse de Riad.

Según la ONU, un bombardeo alcanzó de lleno el sábado una importante ceremonia fúnebre en la capital yemení, controlada por los rebeldes chiitas hutíes. Entre las víctimas figuran personalidades políticas, responsable militares y numerosos civiles.

En el ataque, que según observadores aleja las perspectivas de un alto el fuego y de una solución política al conflicto, también resultaron heridas 525 personas, según el último balance.

Este domingo se registraron manifestaciones en Saná en donde miles de partidarios hutíes gritaron «Muerte a los Al Saud», la familia que reina en Riad.

El expresidente yemení, Alí Abdalá Saleh, aliado a los rebeldes, llamó, con retórica belicista, a una movilización militar en la frontera saudita.

En una alocución transmitida por televisión, el expresidente, que dirigió el país durante más de 30 años y cuenta aún con importantes respaldos en el ejército, incluso cuatro años después de haber sido obligado a dejar el poder, llamó «a las fuerzas armadas y a los comités populares a que se dirijan hacia el frente de guerra en la frontera para vengar a nuestras víctimas».

EEUU «profundamente preocupado»

La coalición militar árabe, dirigida por Arabia Saudita, negó en un primer momento cualquier implicación en los bombardeos pero más tarde, durante la noche, anunció una investigación «inmediata».

Este ataque fue denunciado por Washington, Teherán, la Cruz Roja y el coordinador de asuntos humanitarios de la ONU en Yemen.

Estados Unidos, aliado de Riad, afirmó que estaba «profundamente preocupado» y anunció que revisaría su respaldo a la coalición árabe, un apoyo que se ha ido reduciendo en estos últimos meses.

La cooperación «con Arabia Saudita en materia de seguridad no es un cheque en blanco», dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price.

Las relaciones entre Washington y Riad se han ido deteriorando en estos dos últimos años, especialmente desde el inicio del acercamiento entre Estados Unidos e Irán.

El objetivo de la coalición árabe es restablecer la autoridad en todo el país del gobierno yemení, reconocido por la comunidad internacional, que tuvo que huir de Yemen en febrero de 2015.

El país está controlado en parte por los rebeldes chiitas hutíes. El gobierno en el exilio intenta ganar terreno con el apoyo de la coalición árabe. Consiguió reforzar sus posiciones en el sur, pero tiene problemas para reconquistar las regiones del norte. 

Irán, que apoya a los hutíes, reaccionó rápidamente al bombardeo. El portavoz del ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Bahram Ghasemi, «condenó con firmeza los ataques» saudíes, calificándolos de «crimen espantoso contra la humanidad».

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exigió por su parte una investigación «rápida e imparcial», añadiendo que los responsables tendrán que responder ante la justicia, en un comunicado. 

Víctimas colaterales

Desde el inicio del conflicto actual en marzo de 2015, cientos de civiles han sido víctimas colaterales de los bombardeos atribuidos a la coalición árabe.

En un comunicado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se dijo «horrorizado» por estas nuevas pérdidas «monstruosas» de vidas civiles.

El coordinador de asuntos humanitarios de la ONU en Yemen, Jamie McGoldrick, también condenó el ataque. «La comunidad humanitaria de Yemen está conmocionada y escandalizada por los bombardeos contra una sala pública donde miles de personas participaban en una ceremonia funeraria».

Estas personas acudieron a las exequias para presentar su pésame por la muerte del padre del ministro de Interior rebelde, Jalal Al Ruishen.

El alcalde de Saná, Abdel Qader Hilal, figura entre los fallecidos, informó la cadena de televisión de los rebeldes, Al Masirá. No se excluye que otros altos cargos rebeldes perdieran la vida en la matanza.

«Un avión lanzó un misil y minutos después otro avión atacó» el edificio, dijo un testigo a la AFP, identificado con su nombre, Mujahid.

En el ataque habrían muerto «cierta cantidad de personalidades políticas y oficiales militares del norte que trabajaban para una solución política», precisó a la AFP la experta April Alley del International Crisis Group.

April Alley evocó un «giro» ya que el ataque «enterró casi con certeza toda esperanza de cese al fuego» evocado el viernes por el mediador de la ONU para Yemen, Ismail Uld Sheij Ahmed, y tendrá «consecuencias a largo plazo» sobre las posibilidades de un «plan de paz viable».

Las negociaciones de paz que se desarrollaban desde hace varios meses en Kuwait fracasaron y fueron suspendidas en agosto.




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