EFE
A sus 80 años, el cantante y
compositor mexicano Armando Manzanero se niega a dar la razón a aquellos que le
dicen que su tiempo ha pasado y, respaldándose en una apretada agenda, asegura
que «jamás en la vida» dejará de trabajar.
«He tenido mis tiempos en
donde piensan que ya no doy más, que ya se terminó mi época, pero cuando surge
una oportunidad ahí entro y les hago entender que no es cierto», afirma en
entrevista con Efe el yucateco (Ticul, 1935).
Considera que tanto su forma
física como mental se ha mantenido gracias a que trabaja
«intensamente».
Y eso «no lo voy a dejar
jamás en la vida», asegura el artista en su despacho de la Sociedad de
Autores y Compositores de México (SACM), asociación que preside y desde la que
defiende una de sus grandes causas, la lucha para que se respeten los derechos
de autor.
«Me preocupo por estar
ocupado todos los días, porque dicen que la ociosidad es la madre de todos los
vicios, y a mí me encanta mucho la ociosidad», señala Manzanero,
desplegando la amable sonrisa que constituye una de sus señas de identidad.
Convertido en un icono de la
música romántica gracias a temas como Somos
novios, Adoro y Contigo aprendí, el cantante considera
que este tipo de música «contra todo lo que digan, lo que se piense, es
una música necesaria».
«Así como los pulmones
necesitan de aire, el romance necesita de una canción», defiende, y
argumenta que «todo el mundo cree en el amor, posiblemente la vida que se
está llevando ahora, esa vertiginosidad (…) lo desvirtúen un poco, pero el
buen amor va a existir siempre».
Eso reafirma su convicción de que
«la música romántica es una música por encima de todo lo que venga, todo
lo que haya, incluyendo el reguetón».
«No creo que nadie haga el
amor al compás del reguetón», opina Manzanero.
El intérprete se considera un
tipo con «toda la suerte del mundo», por el apoyo que le ha dado su
gente desde que compuso su primera canción, «Nunca en el mundo», y
por los éxitos que ha encadenado desde que en 1959 el chileno Lucho Gatica
popularizara su Voy a apagar la luz.
Con 400 temas y cerca de 30
producciones discográficas, Manzanero presume de que ha «escrito de todo,
lo mismo tropical que rock and roll».
Detrás de estas cifras y de los
reconocimientos, entre ellos un Premio Grammy honorífico por su trayectoria, se
esconden innumerable historias.
Es conocida la que está detrás de
una de sus canciones más recordadas, Esta
tarde vi llover, que nació cuando, desde un restaurante, el mexicano vio
cómo empezaba a caer el agua y «todo el mundo empezó a correr porque no
era época de lluvias y no querían mojarse».
Además, recuerda con especial
cariño su tema Nada personal,
compuesto en la década de los 90 y que acompañó sus inicios con Laura Elena
Villa, su ahora esposa.
En aquel entonces, entre él y
«Laurita», «una muchacha de la mitad de años», a la cual
«tenía una admiración enorme y hasta un cierto amor bonito, no había nada
personal», aunque finalmente acabó siéndolo, cuenta.
Artistas como Luis Miguel,
Alejandro Fernández y Christina Aguilera han puesto voz a sus composiciones, y
a pesar de que reconoce que tiene a sus favoritos, rechaza decir quiénes son
para evitar enfados.
Aunque sí manifiesta que, encima
de un escenario, la persona con la que ha conseguido una mejor conexión es con
la cantante Tania Libertad.
La peruana es «la persona
con la que mejor me entiendo, con la que todo fluye, todo es hermoso, no hay un
exabrupto», asegura.
Al finalizar la entrevista,
Manzanero se dispone a salir de su despacho para continuar con la que promete
ser otra atareada jornada.
Pero antes de desaparecer por la
puerta tiene tiempo para desvelar su último secreto de juventud. «También
paseo mucho, vacaciono mucho y disfruto mucho, y como muy bien y tomo muy bien,
no vayan a pensar que solo trabajo», bromea el artista.
