EFE
El candidato presidencial haitiano Jovenel Moise envió este martes una carta al presidente del Consejo Electoral Provisional (CEP), Leopold Berlanger, en la que expresa su «preocupación» por el futuro del proceso electoral en el país.
«Estoy muy preocupado sobre la sinceridad del proceso electoral; soy un candidato víctima del sistema electoral y tengo muchas dudas sobre las elecciones del próximo 9 de octubre», dijo Moise.
Moise sostuvo que el CEP «no fue imparcial» en la primera vuelta de las elecciones de octubre de 2015, en las que él fue el candidato más votado.
«Hasta ahora hay muchos problemas técnicos en el sistema que tenemos que resolver», refirió el candidato en una carta donde solicitó al CEP un encuentro para discutir «estas dudas que son vitales» para garantizar la credibilidad del proceso.
«Nuestros candidatos y partidos aliados quieren participar en elecciones creíbles y democráticas», afirmó Moise, al tiempo que reiteró que el proceso electoral presenta problemas logísticos que tienen «que discutir».
Moise fue en la primera vuelta el candidato de la formación del entonces presidente, Michel Martelly.
En junio pasado, el CEP invalidó las elecciones presidenciales celebradas el año pasado y convocó a nuevos comicios.
De acuerdo con el nuevo calendario electoral, el 9 de octubre venidero se celebrará la primera vuelta, y, en caso de ser necesario, el 8 de enero de 2017, la segunda.
De esta manera, el CEP acogió las recomendaciones del informe de la Comisión de Verificación sobre los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Haití, de anular los comicios y organizar un nuevo proceso electoral al haber detectado casos de fraude.
Haití celebró el 25 de octubre de 2015 la primera vuelta de las elecciones para elegir presidente, la totalidad de la Cámara de Diputados y una parte del Senado, así como a gran parte de los Gobiernos municipales.
Sin embargo, la segunda vuelta de los comicios fue aplazada tres veces y Martelly finalizó en febrero pasado su mandato constitucional de cinco años sin entregar el poder a un sucesor legítimo, accediendo al cargo Jocelerme Privert, presidente del Senado, tras un acuerdo político.
