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EFE

Autoridades mexicanas arrestaron a dos hombres como
presuntos autores del asesinato del sacerdote católico José Alfredo
López Guillén, informó el fiscal del estado occidental de Michoacán,
José Martín Godoy.

El funcionario mencionó que las primeras
investigaciones establecen que los detenidos estuvieron conviviendo con
el clérigo durante la noche del 19 de septiembre en la casa de la
Parroquia de la Santísima Trinidad, en el poblado de Janamuato,
perteneciente al municipio de Puruándiro.

«Las dos personas
del sexo masculino, que ya fueron ingresadas en el Centro de Reinserción
Social en Zamora, el día 19 de septiembre por la noche estuvieron
conviviendo en la casa del religioso», dijo.

En un momento
determinado, añadió, «se registró una discusión y los individuos
identificados como Vicente y Francisco sometieron al sacerdote, a quien
maniataron con algunas prendas de vestir y envolvieron con una cobija,
para luego colocarlo en la cajuela (maletero) de un vehículo Jetta color
blanco, propiedad de la víctima».

Godoy aseguró que los
detenidos se apoderaron de diversas cosas de valor y de otro automóvil
propiedad de la parroquia. El fiscal se reservó el lugar y detalles de
la detención, la cual fue realizada en las primeras horas del lunes.

«Los inculpados se apoderaron de varios objetos de valor y los
subieron a una de las unidades, las cuales fueron conducidas por cada
uno de los sujetos y se retiraron del inmueble rumbo al municipio de
Zináparo; sin embargo, a la altura del predio conocido como El Guayabal,
bajaron al sacerdote y lo privaron de la vida», indicó.

El
sacerdote fue asesinado de cuatro balazos en El Guayabal, a dos
kilómetros de Janamuato, donde fue encontrado el cadáver la noche del 24
de septiembre.

El funcionario descartó que el asesinato tenga
relación con el crimen organizado o con un posible secuestro, como lo
había asegurado en días pasados el cardenal Alberto Suárez Inda,
arzobispo de Morelia, capital de Michoacán.

«Que quede claro,
los hechos investigados no fueron un secuestro, los hechos investigados
no fue motivo de delincuencia organizada, los hechos investigados no se
trataron de ataques a la Iglesia. Se trató de un hecho de convivencia
social que surgió como consecuencia de las diferencias entre los
participantes», acotó.




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