Una de las dagas encontradas por el arqueólogo Howard Carter, en la tumba del faraón egipcio Tutankamón, hecha de hierro siempre fue un
misterio para científicos ya que la herrería no era algo extendido por el
antiguo Egipto, además, este instrumento no cedió ante el oxido en más de tres
milenios.
Fueron exactamente dos dagas las que halló Carter en la
cámara mortuoria del faraón adolescente, una de hierro y otra con una lámina de oro. La de
hierro, cuenta con un mango de oro decorado y una funda de oro con motivo
floral.
Investigadores italianos y egipcios analizaron el metal de
esta misteriosa herramienta con un espectrómetro de fluorescencia de rayos X
para determinar su composición química. Lo que encontraron les sorprendió: un
alto contenido de níquel y la presencia de cobalto que sugiere fuertemente
un origen extraterrestre, según los resultados de la investigación publicados
esta semana en la revista Meteoritics & Planetary Science.
Los científicos compararon el material con meteoritos
encontrados a 2 mil kilómetros alrededor de la costa del Mar Rojo, en Egipto, y
encontraron una composición similar en uno de estos.
«Como los dos únicos artefactos de hierro valiosos del
antiguo Egipto encontrados hasta ahora y analizados con precisión son de origen
meteorítico», asegura la investigación, «sugerimos que los antiguos
egipcios le atribuyeron gran valor al hierro meteorítico para la
producción de objetos decorativos o ceremoniales».
Otra de las teorías de los encargados de la investigación es
que los antiguos egipcios daban gran importancia a las rocas que caen del
cielo.
«Eran conscientes ya en el siglo XIII AC de que estos
trozos raros de hierro caían del cielo, anticipándose a la cultura occidental
por más de dos milenios», escriben los investigadores en sus conclusiones.
La daga está ahora en exhibición en el Museo Egipcio de El
Cairo. (LB)
Con información de BBC Mundo
