Zaida Arias
Este domingo un nutrido grupo de personas tomaron los alrededores del Bicentenario de Plaza Venezuela y la autopista Francisco Fajardo exigiendo la apertura del establecimiento comercial que amaneció cerrado.
Desesperados por la escasez de alimentos que se experimenta en la ciudad capital, los manifestantes amanecieron en el sitio esperando que el centro fuera abierto para adquirir los alimentos y bienes de consumo, a riesgo de ser víctimas de la delincuencia que tiene tomado el área metropolitana.
La zona fue tomada por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional que impidieron que los manifestantes se acercaran hasta el abasto. En los rostros de las personas se observó mucho dolor, indignación, rabia por la decisión oficial que les impidió adquirir los productos de primera necesidad. No desaprovecharon la oportunidad para gritar duras consignas contra un sistema que, en vez de solucionar los problemas de los ciudadanos, se caracteriza por profundizarlos.
Durante la actividad de calle, los militares argumentaron que el Bicentenario estaba cerrado porque los alimentos estaban dañados.
Los efectivos de seguridad trataron de igual modo, obstaculizar la labor de los periodistas y sus equipos en la cobertura de esta protesta.