Dayrí Blanco/@DayriBlanco07

Desde el Gobierno se ha hecho de todo. Hasta el extremo de reducir en 80% la jornada laboral semanal de los trabajadores de la administración pública. La crisis es aguda y en el Ejecutivo lo saben. La mañana del miércoles 27 de abril el Guri amaneció a dos mil 768 hectómetros de volumen para llegar a los 240 metros sobre el nivel del mar (msnm), y se le extraen al embalse diariamente 332 hectómetros, lo que indica que no hay agua suficiente para llegar al 15 de mayo, cuando según el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, comenzará la temporada de lluvia.

Solo hay dos opciones: tener nueve mil 200 megavatios (MW) térmicos disponibles o duplicar los racionamientos para lograr que Guri trabaje a menor capacidad y detener su caída. De acuerdo a información oficial, la suma en todo el país da seis mil 800 MW. Todo apunta a que los apagones, justificados desde el lunes 25 de abril en el Plan de Administración de Carga de Corpoelec, deberán pasar de 2 mil MW a 5 mil o 6 mil.

Pero eso solo será posible incluyendo en el cronograma a la Gran caracas, Vargas y Nueva Esparta. De lo contrario los cortes serán de más de 24 horas continuas y rotativas por bloques en el resto del país, según el analista en materia eléctrica, José Aguilar.

Esto significa una posición incómoda para el Gobierno. Ya se han desencadenado muchas protestas por las interrupciones fuera de la programación y se mantienen la tesis de proteger a la capital debido al costo político que podría implicar.

Días libres sin ahorro

Es falso que se haya reducido la caída de embalse de 20 centímetros a 10 diarios con la declaración de los días viernes no laborables para el sector público de la población venezolana. “La causa ha sido la combinación entre el intenso racionamiento residencial y que ha llovido algo, aunque no lo suficiente”.

La administración pública representa el 11% el consumo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Mandar a toda esa nómina a sus casas no significa una reducción de ese porcentaje, sino el traslado de ese consumo hacia el residencial, que según el Gobierno es de 63%.

La situación en el Guri se ha agudizado con la salida del SEN de la casa de máquinas 1 (CM1), como consecuencia de que se necesitan mil 400 metros cúbicos por segundo de agua de los tres mil 849 disponibles en el embalse, con lo que se dejaría a la casa de máquinas 2 (CM2) sin lo requerido para funcionar. Cada unidad grande necesita 600 metros cúbicos por segundo. Actualmente hay 8 de 10 turbinas disponibles en CM2, y 3 de ellas están fallando con vibraciones y ruidos inusuales.




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