Sara Pacheco

La situación en Kromi Mañongo pica y se extiende. La mañana de este viernes los vecinos amanecieron entre un alboroto. Se conoce que compradores de otras zonas asisten al lugar con hasta dos días de anticipo. Hoy, en el establecimiento les informaron que no venderían alimentos regulados. Fue razón suficiente para que empezara el desorden.

Morgan Marín, vive en la zona, relató que la Policía Nacional Bolivariana, con equipos antimotines, llegó al área a controlar a las personas fuera del mercado. “Cerraron la calle, no querían dejar abrir Kromi y además no se querían ir. Pero no había productos que venderles”, comentó.

No es la primera vez que ocurre una situación similar. Diariamente los vecinos viven las consecuencias de las colas a pesar de no ser parte de ellas. El señor Marín explicó que algunos terrenos han tenido que ser cercados porque se usan como baños públicos, igualmente personas duermen en ellos.

“Me da dolor porque todos necesitamos comida con esta situación”, expresó. Pero critica la desorganización.

La implementación de ventas a los foráneos en al mañana y a los residentes en la tarde funciona con normalidad según Marín. Afirmó que así están más calmados.




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