Dayrí Blanco|@DayriBlanco07
El compromiso sigue. Aunque no sea fácil. El sector comercial está sometido a redimensionarse para permanecer con las santamarías arriba. Ya son dos años los que cuentan trabajando “a pulmón propio”. Pero la fuerza se agota. “Nos estamos quedando sin oxígeno”, alertó la presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos.
El optimismo estuvo presente en cada una de las plenarias de la XLVI Asamblea Anual de la institución gremial. Pero la realidad no puede esconderse. Hay conclusiones negativas del encuentro, como la necesidad obligada de reducir nóminas para seguir con las puertas abiertas.
Ramos cuestionó fuertemente la manera cómo se ha implementado el Plan de Administración de Carga de Corpoelec. “Tenemos que asumir pago extra a trabajadores si reformulamos horarios por los cortes, o cancelarles aunque trabajen menos y el Gobierno no ha hecho ningún pronunciamiento al respecto, como tampoco ha dicho quién nos va ayudar a pagar los mínimos tributables por los servicios que no estamos recibiendo, ni los impuestos municipales. Estamos desesperados”
La exclusión de la Gran Caracas de los racionamientos eléctricos resulta contradictorio para la gremialista. “Hay un Gobierno que nos dice que tenemos que colaborar y lo hacemos, pero no le quitan a la capital la luz porque ahí está el centro del poder y qué ha hecho el centro del poder para ayudar al resto de la población del país y para superar esta crisis”.
Durante el encuentro anual de Consecomercio se comprobó la desprofesionalización del servicio por la falta de insumos y productos para trabajar y no hay opciones para migrar a otros rubros, porque todos están comprometidos en la misma manera.
