Alfredo S. Flores / @alfredoflores96

José
Chirinos es discapacitado,
caminar para él no es sencillo, sin embargo
acompañado de su pequeño hijo, tuvo que hacer una travesía  este domingo por 3 mercados de la ciudad
para conseguir los productos básicos que requiere.
“Cada vez se consiguen menos
productos, y las colas son más largas”, lamentó.

Su día
empezó a las 3:00 a.m.
, hora en la que se tuvo que levantar para llegar desde su
residencia, ubicada en la parroquia Miguel Peña de Valencia, hasta el Abasto
Bicentenario de la avenida Bolívar. Desde las 5:00 a.m .estuvo haciendo cola en
compañía de su hijo que no quiso dejar solo en casa.
Apenas pudo comprar
champú, detergente y aceite de maíz.

Cinco
horas después, a las 10:00, tomó un autobús hacia el mercado Makro, ubicado en
el municipio San Diego,
ahí tenía la esperanza de comprar 2 kilos de pasta a Bs 15 cada una, sin embargo al llegar el panorama era desalentador. La venta
había sido paralizada por los efectivos de seguridad, debido a que en 2
oportunidades las personas que esperaban por la comida intentaron sobrepasar la
cerca.

La
larga fila no era homogénea, habían personas de la tercera edad, mujeres
embarazadas, discapacitados y personas en todo uso de sus facultades,
el trato
preferencial en el establecimiento comercial fue suspendido debido a la
situación que recién se había presentado.

Un
hombre de 78 años,
cuyo nombre quiso proteger, aseguró que es inhumano que los
efectivos de seguridad permitan que otras personas se salten la fila
y que a
quienes son mayores se les obligue a hacer cola como a todos los demás. Yo
estoy aquí desde las 6:00 a.m., comentó cuando eran las 11:00 de la mañana.

La
mayoría de quienes estaban en la cola, pese a rechazar el trato que se les era
infringido, no tenían entre sus opciones retirarse, su respuesta era simple:
“Si no espero para comprar, qué voy a comer”.

Colas interminables 

Los
ciudadanos que esperaban a las afueras de los mercados en el área metropolitana
de Valencia, coinciden en que cada vez las colas que se hacen para poder
conseguir productos básicos se hacen más largas.

Según
indica una compradora, desde el último mes ya no basta con llegar de madruga,
igual se debe esperar hasta cinco horas de pie a las afueras de los
establecimientos comerciales.
“La gente se queda a dormir desde el día anterior”, dijo.

Justo
ese es el caso de 2 hermanas que vienen del sector Flor Amarillo de Valencia,
confesaron que tuvieron que dormir en la calle desde el día anterior para poder
comprar los pocos productos
expendidos en el mercado Bicentenario.

“Nos
tocó quedarnos como unas indigentes escondidas, nos quedamos allá”, decían
mientras señalaban la parte inferior del toldo de un restaurante ubicado al
frente del abasto. Consideran que aunque es algo indignante no tienen opción,
pues ambas jóvenes tienen hijos que alimentar y trabajan durante el día.

Cada
vez son más quienes admiten que la crisis económica ha arreciado.
La mayoría
concuerda que el principal cambio que han visto los últimos meses ha sido un
detrimento en su nivel de vida. Conseguir alimentos es cada día más difícil para
los Valencianos.




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