Alfredo S. Flores|@alfredoflores96

Decenas de madres con sus hijos en brazos madrugaron este sábado y abarrotaron los supermercados de la avenida Bolívar. El motivo: la venta de pañales a precio regulado, y es que en los últimos meses conseguir productos de higiene y aseo requeridos para el cuidado de un bebé se ha vuelto casi imposible.

Para conseguir pañales se debe madrugar y tener suerte porque al ser tanta la cantidad de compradores, por lo general los productos no alcanzan para todos.

Luisa salió de su casa a las 4:00 a.m para comprar dos paquetes y estuvo cinco horas en una larga fila, pero salió con las manos vacías.

Otra mujer con su bebé en brazos que prefirió no revelar su nombre, aseguró haber llegado tarde, a las 7:30 de la mañana, razón por la cual no pudo comprar los pañales. “Cada vez las colas son más grandes y parece que muchos de los productos se los quedan ellos”, dijo la joven madre, en referencia a los militares que resguardaban el establecimiento público.

Este caso se repite todos los días, pero pese a la amenaza de perder su tiempo, son muchas las madres que soportan toda una mañana en colas. Explican que es mejor hacer el esfuerzo y comprar pañales para dos semanas a precio regulado de Bs. 400, que comprarlo a los revendedores que expenden en distintos sitios de la ciudad un paquete hasta en 3 mil bolívares.

Otros artículos como el talco asciende en promedio a Bs mil 500, un jabón de baño esterilizado cuesta Bs 900 en una farmacia, champú para niños Bs mil. Para comprar todos estos productos más los pañales a precio regulado, suponiendo que se adquieren 4 paquetes para un mes, una persona gastaría una tercera parte de su sueldo mínimo que se ubica en 15 mil 51 bolívares.

Mientras mece a su bebé de año, una mujer asegura que en Venezuela tener un niño es difícil, y a su parecer el problema más grave no es lo costoso de los productos básicos sino la desaparición de los alimentos con nutrientes necesarios para el crecimiento de los niños.

No hay rastro de la leche

Hace más de 6 meses está escasa la leche, un alimento primordial para el desarrollo de los pequeños de la casa por su contenido de calcio y vitaminas.

Un alimento que hasta hace varios años abundaba en los mercado, según los compradores, ya no aparece por ninguna parte aunque comerciantes informales venden el kilo de leche a 4 mil bolívares.

Yelitza tiene un niño pequeño al que le cuesta alimentar. Hasta el momento ha optado por amamantarlo y darle chichas instantáneas. No obstante, no es lo mismo. “Un niño necesita leche para crecer, yo sé que esto no es bueno para su salud”, lamenta.

Los precios están elevados pero para ella lo más preocupante es que los productos no se consigan por ningún lado. “Uno puede hacer el esfuerzo por conseguir el dinero, pero si no hay, con los reales no voy a alimentar a mi hijo”, explica.

La opción de ella y muchas madres valencianas es recorrer los mercados hasta que los productos que necesita para su hijo aparezcan y esperar los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) que en su sector son más un rumor que una realidad.

Mientras la crisis se agudiza, los que más sufren son los pequeños porque su alimentación se ha visto desmejorada. Cada vez menos alimentos y menos calidad de vida en el país de la escasez.




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