AFP 

Un grupo de científicos anunció este miércoles haber
descubierto un pequeño planeta potencialmente habitable, que se encuentra en
órbita en torno a la estrella más cercana a nuestro sistema solar, Próxima
Centauri, en un estudio publicado en la revista Nature.

Bautizado Próxima b, este exoplaneta rocoso, dotado de una
masa cercana a la de la Tierra, está ubicado en una zona considerada habitable
o templada, lo que permite al menos en teoría inferir la presencia de agua
líquida en su superficie, una condición necesaria para la vida
, según los
investigadores.

A causa de su cercanía, «Próxima b podría ser el primer
exoplaneta que reciba la visita de una sonda espacial el día en que el ser
humano alcance a desarrollar las tecnologías necesarias», declaró a la AFP
uno de los autores del estudio, Julien Morin, del Laboratorio Universo y
Partículas del CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica) en la
Universidad de Montpellier.

Desde 1995, los científicos han descubierto miles de
exoplanetas (es decir, planetas ubicados fuera de nuestro sistema solar),
decenas de los cuales parecen potencialmente habitables. No obstante, se
encuentran muy lejos.

Próxima b, en cambio, está casi ante nuestras narices a
escala universal. Orbita alrededor de Próxima Centauri (o Próxima del
Centauro), una estrella enana roja muy conocida de los astrónomos y de los
fanáticos de la ciencia ficción, que se encuentra a apenas 4,2 años luz del
Sol. Un año luz equivale a 9.461.000 millones de kilómetros.

Próxima Centauri tiene una luminosidad muy débil para ser
captada a simple vista.

Un equipo internacional de astrónomos, coordinado por
Guillem Anglada-Escudé de la Universidad Queen Mary de Londres, descubrió
Próxima b gracias a una campaña de investigación que duró dos años, y que se
intensificó en el primer semestre de este año.

La investigación contó con la contribución del espectrógrafo
HARPS instalado sobre un telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO) que
se encuentra en Chile. Los investigadores se basaron también en una serie de
mediciones realizadas entre 2000 y 2014 con telescopios del ESO.

Los astrónomos revelaron la existencia de Próxima b al
lograr detectar la muy débil oscilación de la estrell
a, resultante de la
atracción gravitatoria generada por el pequeño planeta en su órbita.

A intervalos regulares, Próxima Centauri se nos acerca (su
luz vira hacia el color azul) y luego se aleja (la luz se vuelve rojiza) a una
velocidad de 5 km/hora, o sea, al ritmo de caminata de un ser humano.

Los investigadores se ocuparon en verificar que este
fenómeno no podría estar vinculado a la actividad magnética de la estrella.

«La señal es periódica, se repite», indicó
Anglada-Escudé durante un encuentro con la prensa. «Estadísticamente no
hay dudas», dijo. «Hemos encontrado un planeta orbitando alrededor de
Próxima Centauri», aseveró.

 

– Una radiación
intensa –

Próxima b completa su órbita alrededor del astro en 11,2
días. Se encuentra a unos 7 millones de kilómetros de su estrella (o sea,
apenas el 5% de la distancia Tierra-Sol) que es 700 veces menos luminosa que el
Sol.

Esto permite a Próxima b encontrarse «en la zona
habitable que rodea a su estrella, puesto que la temperatura en su superficie
permite inferir la presencia de agua en estado líquido» sobre la misma,
subraya el ESO.

Los científicos estiman que la masa del planeta Próxima b es
1,3 veces la de la Tierra. «Se trata muy probablemente de un planeta
rocoso y no gaseoso», subraya Pedro Amado, del Instituto de Astrofísica de
Andalucía (sur de España).

Sin embargo, Próxima b es sin lugar a dudas bastante
diferente a la Tierra. «Se encuentra claramente en un medio ambiente
bastante exótico comparado al de nuestro planeta»
, subraya Morin.

«El nuevo planeta orbita muy cerca de su estrella,
pensamos que las fuerzas de las mareas tienden a sincronizar la rotación del
planeta sobre sí mismo y alrededor de su astro», subraya. «Sin lugar
a dudas muestra siempre la misma fase a su estrella como la Luna» a
nosotros, añade.

La cuestión de saber si el planeta posee atmósfera es
crucial para determinar sus chances de albergar alguna forma de vida.

Con una atmósfera «es plausible que las temperaturas
sean de -30 grados Celsius en la parte a la sombra y de +30 sobre la expuesta a
la luz»
, declara Anglada-Escudé.

Pero hay sobre la mesa un aspecto sombrío a destacar: a
causa de la proximidad con su estrella, que está bastante activa, Próxima b
recibe muchos más rayos X y ultravioletas extremos que los que la Tierra recibe
del Sol (alrededor de 100 veces más, según los investigadores).

Y, sobre la Tierra, la atmósfera y la presencia de un campo
magnético nos protegen de las radiaciones y las partículas solares.

Para observar si hay agua y una atmósfera sobre el planeta
Próxima b, «habrá probablemente que esperar a desarrollar nuevos
instrumentos astronómicos, que verán la luz durante la próxima década»
, indicó
Franck Selsis, director de investigación del CNRS en la Universidad de Burdeos,
Francia, que ha participado en estudios complementarios sobre Próxima b.




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