Alfredo S. Flores | @alfredoflores96
“Prácticamente los secuestraron”, aseguró la diputada de Voluntad Popular (VP) a la Asamblea Nacional por el estado Bolívar, Ligia Delfín, al momento de relatar el modo en que fue aprehendido el dirigente estudiantil Oswaldo Rodríguez y posteriormente los jóvenes Carlos Briceño, Sergio Morales, Alvin Bridgewater y Peter Pérez, por participar en una distribución de panfletos en la entidad.
Delfín explicó que los jóvenes se encontraban este martes repartiendo volantes frente una panadería de Ciudad Guayana, cuando efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, de la Policía Nacional Bolivariana y un grupo de civiles retuvieron a los 5 jóvenes, los despojaron de sus pertenencias, pero sólo pudieron aprehender a Rodríguez.
Posteriormente se conoció que el joven había sido trasladado a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), en Vista al Sol, en San Felix. Luego de horas sin saber de él, los funcionarios permitieron la visita de familiares y abogados, e informaron que a los otros 4 jóvenes se les serían devueltas sus pertenencias con la condición de que firmaran un acta.
Engañados y esposados
Cuando los dirigentes juveniles llegaron a la sede del Sebin a la espera de recibir sus cédulas y celulares, fueron privados de libertad de manera arbitraria, informó la parlamentaria, quien subrayó que los activistas tienen entre 18 y 21 años de edad.
Delfin denunció que aunque no había motivos para la detención ya existen cargos, como el de porte de artefactos explosivos, algo que para la legisladora es totalmente falso, pues los jóvenes sólo poseían volantes alusivos a la liberación de los presos políticos.
Aseveró que los dirigentes detenidos son estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), sede Ciudad Guayana, y de la Universidad Nororiental Gran Mariscal de Ayacucho (UGMA).
Amenaza de colectivos
Con motivo de las detenciones, la representante de la Asamblea Nacional, se dirigió a Ciudad Guayana donde ofreció una rueda de prensa con el propósito de detallar el irrespeto al debido proceso y a los derechos de los dirigentes detenidos.
En el lugar, un grupo de colectivos identificados con el oficialismo se acercaron en actitud amenazante y rayaron con graffitis la sede de la Universidad Católica Andrés Bello.