EFE
La Policía boliviana detuvo este viernes a más
de un centenar de mineros que participó en los bloqueos en el altiplano donde
se encontraba secuestrado y después fue asesinado el viceministro de Régimen
Interior, Rodolfo Illanes.
El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, declaró, entre sollozos, al canal de
televisión Red Uno que el Gobierno no dejará en la impunidad el crimen y que
los agentes de inteligencia ya arrestaron a entre 100 y 120 personas dentro de
las investigaciones.
Según Ferreira, el presidente del país, Evo Morales, está profundamente
conmovido y en el gabinete están con mucho dolor porque Illanes era un
viceministro muy querido.
Anunció que el presidente se reunirá con los ministros del área política y en
ese momento se anunciarán las medidas que se tomarán ante el conflicto con los
mineros asociados en cooperativas.
Dijo que ahora el Gobierno está preocupado por poder recuperar el cadáver de
Illanes y acusó a los mineros de actuar con intransigencia porque no permiten
el levantamiento del cuerpo para que sea sometido a una autopsia y sea
entregado a la familia.
Es una actitud terriblemente criminal la que están demostrando estos dirigentes,
dijo Ferreira, en alusión a los líderes de la Federación Nacional de
Cooperativas Mineras (Fencomin), convocante de las protestas para rechazar una
ley promulgada por el Gobierno.
Los mineros rechazan la norma porque estimula la formación de sindicatos en las
cooperativas, lo que consideran perjudicial para el funcionamiento de ese tipo
de organizaciones.
Poco antes, el ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, confirmó que
Illanes fue cobarde y brutalmente asesinado cuando estaba secuestrado por los mineros.
Estamos desarrollando las diligencias necesarias para que nos entreguen el
cuerpo inerte del doctor Illanes. Tenemos un profundo dolor y nos solidarizamos
con el dolor de la familia, dijo Romero en una declaración a los medios en el
Palacio de Gobierno.
El ministro de Gobierno confirmó con esa declaración la versión que circulaba
desde hace varias horas, cuando el periodista Moisés Flores dijo haber visto el
cadáver en un cerro cerca de la localidad de Panduro, a unos 180 kilómetros de
La Paz, donde hubo nuevamente violentos enfrentamientos entre mineros y
policías.
Queremos, no solamente expresar nuestro profundo repudio por este hecho
criminal sin precedentes, sino al mismo tiempo solicitar a la Justicia que
esclarezca este asesinato y establezca responsabilidades, concluyó Romero.