EFE

El idilio de los colombianos con el acuerdo
firmado con las FARC duró menos de una semana, y el sueño de la paz
quedó en el limbo por el resultado del plebiscito celebrado este domingo, en el
que la mayoría del electorado dijo «no» a lo pactado con esa guerrilla.

El triunfo del «no» con 6.431.376 votos, equivalentes al 50,21 %, no
pudo ser más inesperado porque todas las encuestas sin excepción
vaticinaban la victoria del «sí
«, que acabó con 6.377.482 sufragios, el
49,78 % de las 12.808.858 papeletas válidas emitidas en una jornada
destinada a ser histórica y en la que la abstención fue del 62,57 %.

Al final, el «no» se impuso con una ventaja de 0,43 puntos
porcentuales, o de 53.894 votos, más propia de una elección municipal
que de un trascendental plebiscito en el que Colombia se jugaba su futuro en paz después de 52 años de conflicto armado con las FARC.

«Yo los convoqué a que decidieran si respaldaban o no el acuerdo para
la terminación del conflicto con las FARC, y la mayoría, así sea por un
estrechísimo margen, ha dicho que no. Soy el primero en reconocer este
resultado», dijo el presidente Juan Manuel Santos al asumir la derrota y
su responsabilidad.

En una breve alocución al país en la Casa
de Nariño, rodeado de su equipo negociador de paz, el presidente dijo
que esta situación abre una ventana de oportunidad «con la nueva
realidad política», y reconoció que «todos, sin excepción, quieren la
paz», tanto los del «no» como los del «sí» por lo que lanzó las bases
para un diálogo nacional.

«Mañana mismo convocaré a todas las
fuerzas políticas, y en particular a las que se manifestaron hoy por el
‘no’, para escucharlas, abrir espacios de diálogo y determinar el camino
a seguir», afirmó.

Santos no mencionó a nadie en particular,
pero las fuerzas del «no» con las que buscará dialogar son lideradas por
su antecesor, el expresidente Álvaro Uribe
, jefe de la oposición y del
partido de derechas Centro Democrático, crítico feroz del acuerdo
firmado con las FARC en una ceremonia solemne el pasado 26 de abril en
Cartagena de Indias apadrinada por la comunidad internacional.

Uribe, que después de votar hoy en la misma mesa que Santos en el
Capitolio Nacional, viajó a su finca de Rionegro, localidad cercana a
Medellín, dijo en su pronunciamiento que está dispuesto a participar en
el acuerdo nacional mencionado por el presidente.

«Queremos
aportar a un gran pacto nacional. Nos parece fundamental que en nombre
de la paz no se creen riesgos a los valores que la hacen posible: la
libertad, la justicia institucional, el pluralismo, la confianza en el
emprendimiento privado, acompañado de una educación universal, de
calidad, como cabeza de la política social», dijo.

Para
disipar temores sobre una posible reanudación de las hostilidades con
las FARC, el presidente Santos aseguró que el alto el fuego y de
hostilidades bilateral y definitivo con esa guerrilla, que comenzó el
pasado 29 de agosto, «sigue vigente, y seguirá vigente».

De la
misma manera, anunció que ordenó al jefe negociador del Gobierno,
Humberto de la Calle, y al Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo,

«que viajen mañana mismo a La Habana a mantener informados a los
negociadores de las FARC sobre el resultado de este diálogo político».

«Ahora vamos a decidir entre todos cuál es el camino que debemos
tomar para que la paz, esa paz que todos queremos, sea posible y salga
todavía más fortalecida de esta situación», afirmó Santos, al subrayar
que no se rendirá ante este tropiezo que constituye su peor derrota
política.

Los jefes de las FARC, que tras la firma de la paz
viajaron a La Habana donde esperaron el resultado del plebiscito,
reaccionaron con aplomo, y su jefe máximo, Rodrigo Londoño, alias
«Timochenko», dijo que esa guerrilla mantiene «su voluntad de paz» «y su
disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción
hacia el futuro».

«Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
lamentan profundamente que el poder destructivo de los que siembran
odio y rencor haya influido en la opinión de la población colombiana»,
añadió.

El jefe de las FARC afirmó que el resultado del
plebiscito les supone un «reto como movimiento político»
mayor ahora que
se han comprometido a dejar las armas en virtud del acuerdo que ha
quedado en veremos pero que ya fue aprobado por sus bases en la Décima
Conferencia Guerrillera celebrada hace solo dos semanas en su bastión de
los Llanos del Yarí, en el sur del país.

«Al pueblo colombiano que sueña con la paz, que cuente con nosotros. La paz triunfará», subrayó el jefe guerrillero.

Queda por ver qué va a pasar con el acuerdo, pues Uribe argumentó en
la campaña del «no» que un triunfo de esa opción haría viable una
renegociación de lo pactado, para lo cual habrá que tener en cuenta
antes la opinión de las FARC.




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