Luis Alejandro Borrero | @LABC7 | lborrero@el-carabobeno.com

No tienen corona. No poseen un sistema aparte del que surte a los tres millones de habitantes para los que trabajan. Los empleados de la Compañía Anónima Hidrológica del Centro (Hidrocentro) que trabajan en la planta potabilizadora Alejo Zuloaga consumen de la misma tubería que los demás. “Ellos tienen el mismo interés que todos en que el agua sea potable”, concluye el exalcalde de San Diego, Enzo Scarano.

Pero hacen lo que pueden. Incluso, su trabajo es digno de respeto, dijo el coordinador del partido Cuentas Claras. “A esos empleados hay que darles un premio. Están haciendo un milagro para mandarnos la poca agua que nos mandan y en las condiciones como nos llega”. La planta está totalmente abandonada y deteriorada por falta de recursos y mantenimiento, detalló Scarano. Él mismo pudo verlo en la visita que realizó a las instalaciones.

La planta Alejo Zuloaga tenía 8 de sus 22 filtros operativos para diciembre. La estatal no ha emitido ningún comunicado en el que se especifique que han sido reparados en estos cuatro meses. Eso deja la capacidad de producción de agua a 62,85% de su capacidad instalada de siete mil litros por segundo de agua.

Es la principal planta de agua de Carabobo. Abastece a los municipios Valencia, Naguanagua, Libertador, parte de San Diego y parte de Los Guayos. Construida en la década de los años 70, debía ser rehabilitada. De lo contrario el proceso de potabilización es incompleto e ineficiente. Y para esos trabajos el Gobierno recibió el dinero.

El 29 de noviembre de 2011 la Corporación Andina de Fomento (CAF) firmó un contrato con el Estado venezolano por 150 millones de dólares para la rehabilitación de las siete principales plantas potabilizadoras del país. Entre ellas la Alejo Zuloaga. Según el documento, 142 millones de dólares tenían que haberse pagado para 2016. Pero en la Alejo Zuloaga no hay rastros de algún movimiento de instalación de equipos hasta ahora.

Los trabajadores están expuestos. En los sedimentadores, que son grandes estanques donde se supone que el sucio debería quedar en el fondo, en realidad termina flotando. Los trabajadores deben removerlo con palas, porque los ‘barrelodos’, que son como rastrillos que hacen el trabajo automáticamente, están dañados. Scarano denunció que los tobos con los que se remueve la materia orgánica (restos de heces, material en descomposición) son una muestra del pésimo estado en el que está la planta.

Se necesita descentralización para los recursos. “La gente y los gobernantes están cansados”. Los problemas no se resuelven, no hay respuesta. Y por si fuera poco, se toman decisiones equivocadas, como la de transvasar agua del Lago de Valencia hacia el embalse Pao-Cachinche, aseguró el exmandatario en nota de prensa. Esa es la principal fuente hídrica de la región y reservorio de agua con el que trabaja la Alejo Zuloaga.




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