EFE

El papa clausurará el Jubileo de la Misericordia con el nombramiento de 13 nuevos cardenales electores procedentes de lugares como España, Latinoamérica y Estados Unidos pero también de países periféricos para atestiguar la «universalidad de la Iglesia».

Francisco anunció este domingo el que será su tercer consistorio para la creación de nuevos purpurados, que tendrá lugar el próximo 19 de noviembre, fecha significativa habida cuenta de que un día después tocará a su fin el Año Santo Extraordinario de la Misericordia.

El papa nombrará trece nuevos cardenales que tendrán derecho a voto en un futuro cónclave para elegir nuevo pontífice, pero también a cuatro eméritos, que no podrán participar en la elección por exceder los 80 años.

Todos ellos provienen de los cinco continentes con el fin, señaló el papa, de «manifestar el vínculo inseparable entre la sede de San Pedro y las iglesias particulares repartidas por todo el mundo».

De este modo, Francisco entregará la púrpura al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro Sierra; al de Brasilia, Sérgio da Rocha; al de la diócesis venezolana de Mérida, Baltazar Enrique Porras Cardozo, y al de la mexicana Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes.

También recibirán esta distinción el arzobispo de Bruselas, Jozef De Kesel; los de las diócesis estadounidenses de Indianápolis y Chicago, Joseph William Tobin y Blase J. Cupich respectivamente, así como el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de Estados Unidos, Kevin Joseph Farrell.

Pero, siguiendo su repetido precepto de acudir a las periferias geográficas y existenciales, Francisco también hará cardenales procedentes de países que hasta la fecha carecían de representación en el Colegio Cardenalicio.

Son el arzobispo de Banqui, en República Centroafricana, Dieudonné Nzapalainga; el de la bangladesí Daka, Patrick D’Rozario; el de Port Louis, en Mauricio, Maurice Piat, y el de Port Moresby, en Papúa Nueva Guinea, John Ribat.

También investirá con la púrpura al nuncio apostólico (diplomático vaticano) en «la amada y atormentada» Siria, un país envuelto en una sangrienta guerra civil y donde los cristianos son frecuentemente perseguidos.

Por otro lado, los no electores son Anthony Soter Fernández, arzobispo de Kuala Lumpur (Malasia); Renato Corti, arzobispo emérito de la italiana Novara; el presbítero de la archidiócesis albanesa de Shkodrë-Pult, Ernest Simoni, y Sebastián Koto Koharai, obispo emérito de Mohale’s Hoek, en el pequeño estado africano de Lesoto.

Durante la ceremonia de nombramiento, cada cardenal pronunciará el juramento ante el papa, de quien recibirán un anillo, símbolo de su nuevo compromiso universal con la Iglesia, y el capelo cardenalicio, rojo en memoria de la sangre de los mártires que dieron su vida por defender su fe.

Después se les entregará la «Bula de Creación de Cardenales», se les asignará una iglesia o diaconía romana y se producirá el intercambio del beso de la paz entre los nuevos miembros del Colegio Cardenalicio y el papa.

Todos ellos tendrán la posibilidad de participar un día después de su nombramiento, el 20 de noviembre, en la misa de clausura del Jubileo, en la que se cerrará nuevamente la Puerta Santa de San Pedro, abierta desde el inicio de este año jubilar, el 8 de diciembre de 2015.

De este modo, el Colegio Cardenalicio estará compuesto por 228 miembros, de los cuales 121 serán electores y 107 no electores.

En estos tres años y medio de ministerio, Francisco ha nombrado ya 55 purpurados, una cifra nada desdeñable si se compara con los 78 cardenales que designo su predecesor, Benedicto XVI, o los 94 que invistió de Juan Pablo II en sus veintisiete años de pontificado.

El continente más representado entre los «príncipes de la Iglesia» continúa siendo Europa con 112 miembros, seguida de lejos por América del Norte (27), Sudamérica (27), África (24), Asia (24) y América Central (8), mientras que el más ausente es Oceanía (6).

Los cardenales italianos, 46, continúan siendo mayoría, seguidos por los dieciocho estadounidenses, los doce españoles, los once brasileños, entre electores y miembros sin derecho a voto.

Francisco anunció el nuevo consistorio tras la misa de cierre del Jubileo mariano, que se ha celebrado en Roma durante tres días, después del Ángelus dominical celebrado en la plaza de San Pedro ante cientos de personas, cuya oración solicitó para que los nuevos cardenales le ayuden en su ministerio y como «principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad de la fe».




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