Dayrí Blanco|@DayriBlanco07

El sector ya no puede sostenerse. Con inventarios casi en cero, estructuras de costos con un incremento de más de 2000% y severas restricciones de horarios los centros comerciales del país están al borde de la quiebra. Extender a los fines de semana la prohibición de abrir sus puertas fuera del renglón entre las 12:00 p.m. y las 7:00 p.m. agudiza la situación y pone en riesgo la estabilidad laboral de al menos seis mil personas solo en Carabobo.

Entre dos mil 500 y tres mil establecimientos funcionan dentro de centros comerciales en el estado. Todos están comprometidos. En promedio cada local tiene una nómina de cinco empleados, número que podría reducirse a tres para poder intentar sobrellevar la crisis.

Guillermo Manosalva, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, dijo que se trata de una medida que lejos de incentivar la actividad del sector la desfavorece, y que no incidirá en el ahorro energético que se requiere tomando en cuenta que representa apenas el 3% del consumo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Los centros comerciales que tienen la posibilidad de autogenerar su propia energía sí pueden abrir en el horario normal. En Carabobo solo dos tienen esa ventaja. Este decreto comenzó a regir el pasado 5 de febrero y tendrá una vigencia de tres meses que vencen la próxima semana.

Sin embargo, se declaran a la espera de lo que podría ser un anuncio de extensión de la medida de racionamiento eléctrico que los obliga a generar su propia energía en horarios especiales, que fue anunciada el pasado 5 de febrero y que en una primera fase tendría una vigencia de tres meses.

Los primeros noventa días de la medida se cumplirían el próximo 5 mayo. Sin embargo, el ministro encargado para el área energía eléctrica, Luis Motta Domínguez, ya ha advertido que la disposición podría extenderse e incluso llevarse a nueve horas de autogeneración debido a que el nivel de Guri no se ha recuperado.

85% de ventas caídas

Los comercios también sufren las consecuencias de los días no laborables en la administración pública. “Todos los establecimientos, sobre todo de comida, que funcionan en los alrededores de estas oficinas tendrán una merma considerable en sus ingresos”.

Antes de esa medida ya las ventas para el sector en Valencia habían caído en 65%, ahora se sumará otro 20%, alertó Manosalva.




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