EFE

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se ha escudado en la libertad de expresión al ser acusado en los tribunales por injurias, en una especie de inversión de las ya habituales demandas del jefe de Estado contra sus críticos, informa este lunes el diario Cumhuriyet.

El catedrático emérito Baskin Oran, politólogo en Ankara, interpuso denuncia contra el presidente porque éste había «insultado», a su juicio, a los académicos firmantes de un manifiesto contra la intervención del Ejército en el sureste del país, donde se desarrollan los combates con la guerrilla kurda.

Erdogan calificó a los firmantes, entre los que se halla Oran, de «villanos crueles, tenebrosos, ignorantes, asquerosos, traidores a la patria, lumpen, a sueldo de una organización terrorista, inmorales y almas sucias».

Oran pide 10.000 liras (unos 3.000 euros) en compensación moral, en lo que es una llamativa inversión de los juicios muy frecuentes de Erdogan contra sus críticos, a menudo por expresiones mucho menos contundentes.

Desde que llegó al cargo en agosto de 2014, el presidente ha abierto 1.845 juicios por «injurias al jefe de Estado» contra periodistas, humoristas, diputados y otros ciudadanos, a lo que se añade uno en Alemania contra el humorista Jan Böhmermann, que le había dedicado un poema satírico lleno de expresiones escatológicas.

Según el diario, el abogado del presidente reivindica la «libertad de expresión» en su escrito de defensa y aduce entre otros precedentes una decisión del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que estableció que España había vulnerado este derecho en el caso del independentista vasco Arnaldo Otegi, condenado por injurias al rey.

También aduce que el discurso de Erdogan sólo se dirigía contra quienes apoyan el terrorismo.

Cuatro académicos firmantes del manifiesto están siendo juzgados por «propaganda por una organización terrorista», al describir la intervención militar contra la guerrilla en el sureste kurdo como «una masacre deliberada».

Esra Mungan, Muzaffer Kaya, Kivanc Ersoy y Meral Camci, todos doctorados, fueron puestos en libertad provisional el viernes pasado, tras un mes de prisión preventiva, mientras continua su juicio.




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