Dayrí Blanco |@DayriBlanco07

Luisa Bolívar está acostumbrada a sacar cuentas. Lo hace a diario en la continua lucha entre el presupuesto familiar y los precios de los productos básicos. Así que solo tuvo que hacer unas cuantas sumas para darse cuenta. El resultado que obtuvo en su calculadora fue muy claro: Es 50% más barato comprar comida al otro lado de la frontera.

Por meses ha pagado a revendedores hasta 10 veces por encima de los precios regulados por el Gobierno venezolano por un kilo de pasta, de harina de maíz o de azúcar. Incluso ha hecho colas de hasta cinco horas dos veces a la semana, de acuerdo al plan de comercialización por terminal de número de cédula establecido por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), y no ha logrado abastecerse de lo necesario.

Convencida de que los números no se equivocan, entendió que ir hasta San Antonio del Táchira y llegar hasta suelo colombiano resulta más rentable para su bolsillo cuando un kilo de arroz en Cúcuta cuesta mil 200 bolívares, uno de azúcar mil 320, de harina de maíz 880, de pasta mil 40, un litro de aceite dos mil 200, 450 gramos de lentejas mil 120, y medio kilo de mantequilla 800 bolívares. En total, la compra de un artículo de cada producto es de ocho mil 560 bolívares, 50,35% menos de lo que se paga por la misma cantidad de comida en el comercio informal venezolano.

Los “bachaqueros” manejan montos muy por encima y variables. Por un kilo de arroz, de harina de maíz o de pasta piden dos mil bolívares, por un kilo de azúcar o 450 gramos lentejas tres mil, por un litro de aceite tres mil 500 y por 500 gramos de margarina mil 500. en la suma son 17 mil bolívares.

Los cálculos

Un bolívar en Cúcuta es el equivalente a 2,5 pesos colombianos, lo que significa que si Luisa llega con 20 mil bolívares tendría en sus manos 50 mil pesos. Puede pagar con cualquiera de las dos monedas. Los comercios se prepararon para el libre tránsito en la frontera por unas cuantas horas y tienen publicadas las listas con los precios en bolívares y en pesos.

También puede hacer la conversión. Si tiene la suerte de tener el efectivo en billetes de 100 tendría 200 unidades de la de mayor denominación del cono monetario venezolano, que rápidamente se transformarían en un único billete de 50 mil pesos, lo que marca la diferencia en el manejo del sistema financiero de cada país.

Esas no son las únicas cuentas que debe sacar Luisa. Ella no vive cerca de San Antonio, ni siquiera está en Táchira. Está en Valencia, pero no le importa. Sabe que debe viajar nueve horas, recorrer 654 kilómetros, pagar al menos 900 bolívares para llenar el tanque de la gasolina de su vehículo al menos dos veces y prepararse con alimentos prácticos y agua para 24 horas como mínimo.

El domingo más de 35 mil personas lograron ingresar al país vecino, tras casi 11 meses de cierre fronterizo por órdenes del presiente Nicolás Maduro en un intento por frenar el desabastecimiento que solo se ha profundizado en todo el país. Fueron 12 horas que se postergaron por dos más, debido a la alta moviliziación de venezolanos que provocó que los comerciantes de Colombia habilitaran más personal para la atención de los compradores.




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