Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

En casa de los Pinto Ceballos hasta Mirandita de tres años celebró. Tener los sábados y domingos sin interrupciones eléctricas era motivo suficiente de alegría. Su mamá, Martina, podría lavar y cocinar sin apegarse a horarios mientras el resto ve una película o juega sin someterse a las extremas temperaturas. Pero lo que no saben es que la flexibilización en el racionamiento fue una medida que en unos meses lamentarán.

El Guri no está en condiciones óptimas de nivel para que se hayan hecho los ajustes anunciados por el Ejecutivo como parte de una decisión netamente política.
Las protestas eran cada vez mayores. A casi dos meses de la oficialización de los cortes con la implementación del Plan de Administración de Carga (PAC), iniciado el 25 de abril, la población ha dejado claro que está cansada de vivir con bloques de tres horas con el interruptor apagado. «Había que apaciguarla, y eso hicieron», advirtió el analista internacional en materia eléctrica, José Aguilar.

Los molestos cortes aún son necesarios ante un déficit de generación térmica que respalde el embalse. Aunque se desconoce la cota oficial se supo que está en 246 metros sobre el nivel del mar (msnm) que implican una pobre recuperación de unos ocho centímetros al día desde que tocó el nivel más crítico en sus 48 años de historia.

Aguilar sugiere que se debió esperar al menos hasta conseguir que la pendiente subiera entre cinco y seis centímetros. “Es muy temprano para aflojar el racionamiento. Es un falso alivio”. Argumentó que con una hidrología desfavorable y con las plantas de termoeléctricas a menos del 60% de su capacidad se tiene un cóctel cuyas consecuencias convergen en que Guri no se recupere lo requerido y se vuelve a poner en jaque seguridad energética del país.

Un poco más optimista es la ingeniería y experta eléctrica, Eva Monagas. Para ella la cota de mayor criticidad, que es la 244, ya se superó y es lógico que se flexibilicen los cortes.
Pero lo ideal es que para esta época del año ya el embalse esté por encima de la 260 msnm, y eso no ha sido posible, pese a que el río Caroní comenzó a dar sus aportes el 12 de mayo, por la sobreexplotación a la que fue sometido por meses de sequía la hidroeléctrica. “El caudal del embalse ha llegado hasta los seis mil metros cúbicos y los racionamientos lo han limitado a cuatro mil”.

Monagas explicó que los fines de semana son los días con menos demanda y por eso se decidió sacarlos del PAC. Respecto a la supresión de los viernes sin actividad escolar y de la restitución del horario de la administración pública aseguró que se trata de acciones que poco aportaron a la recuperación del embalse y que no debieron ser tomadas.
La especialista adelantó que al llegar a la cota 260 se puede eliminar por completo el racionamiento.Eso sería en octubre cuando comience el fenómeno natural La Niña que vendrá con lluvias muy cuantiosas que permitirán la recuperación del Guri”.




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