AFP

Desde el balcón de su apartamento, José Batista presenció, con impotencia y rabia, cómo en la madrugada de este viernes una muchedumbre violentaba el negocio que su familia fundó hace 50 años en Petare.

A este
comerciante de 48 años no solo le
robaron todo el inventario de víveres, licores y charcutería. También se
llevaron rebanadoras
, pesos eléctricos y hasta los motores de las neveras
donde refrigeraba la mercancía.


Batista es
propietario de uno de los 8 pequeños comercios que fueron asaltados la
madrugada del viernes en un sector del barrio José Félix Ribas de Petare.

En la acera de
enfrente, los dueños de una carnicería recogen los restos de una puerta de
metal que fue desmantelada a golpes. «Nos
robaron hasta los cuchillos»,
comentó un empleado del establecimiento
que pidió anonimato.

«Hay gente
a la que no le dejaron ni una silla para sentarse», comentó uno de los vecinos
que pasaban a estrechar la mano de los agraviados.

– Negocios
desprotegidos –

Aunque amplios
sectores de Petare fueron tomados por
policías y militares el jueves, tras el asalto a tres camiones de alimentos
,
varios comerciantes consultados por la AFP aseguraron que durante la noche
ninguna autoridad protegió sus negocios.

«No me
parece justo, los comerciantes son los que nos están dando la comida
(…)
para que venga la gente a violentar de esta manera», opinó Mildred Niño,
empleada bancaria de 34 años.


Niño debe salir a las 5 de la mañana cada día
para llegar a tiempo a su trabajo
, pero este viernes se quedó en casa.
«Toda la noche escuchamos disparos y detonaciones. No me atreví ni a sacar
la cabeza por la ventana para ver qué estaba pasando», contó.

Una anciana que
esperaba en una larga fila cercana, y prefirió no dar su nombre, aseguró que el mercado estatal que opera en la zona no
abrió sus puertas porque fue violentado
.

«Fui a las
cuatro de la mañana y me dijeron que hoy no iban a abrir porque no tienen qué
vender», lamentó.

– El temor de
los comerciantes –

Robert Arcila,
vendedor de huevos de 22 años, presenció cuando una turba forzó las puertas de
un camión, el jueves al mediodía, y arrebató el cargamento de salchichas y
queso que distribuía a un establecimiento en la avenida central de Palo Verde.

Temeroso de que
le roben la mercancía en un tumulto, Arcila pronostica que cada vez será más difícil conseguir comida en Petare.


«El miedo
se apodera de los comerciantes. Ya nadie quiere vender a pérdida, así que
muchos están pensando en cerrar antes de perderlo todo en un saqueo»,
indicó.

Un hombre moreno
y menudo se acerca a Arcila para mostrarle una herida profunda en su frente. En
medio del asalto, casi lo lincharon
cuando recogió un celular que encontró en el suelo
. «Yo fui el que
abrió el camión de salchichas y mira cómo me dejaron», lamentó.




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