Sara Pacheco
Moscas y zancudos son los protagonistas en el sector 11 de la urbanización La Isabelica, ubicada en la parroquia Rafael Urdaneta. Desde hace dos meses, se ha desatado un brote de aguas servidas en el estacionamiento de la segunda vereda. Es un agujero pequeño, no se distingue pasados algunos metros, pero las cloacas que salen constantemente, día y noche, han transformado el problema en molestia.
Los vecinos han modificado su rutina. Pasar el día con ventanas o puertas abiertas no es una opción ni remotamente planteada. Las comidas familiares deben realizarse a puertas cerradas. “Cuando se va la luz tengo que sentarme a oler”, refirió Melva Mendoza. La situación con los cortes eléctricos programados la ha obligado a mantenerse en el exterior de la casa, debido al calor.
(Foto Saúl Zerpa)
Comentó que cuando llueve el olor desaparece por un rato, así que muchos agradecen la llegada de las precipitaciones, tomando en cuenta que la afluencia de las aguas servidas empeora.
El escenario no es nuevo, se había repetido en otras oportunidades pero, de acuerdo a testimonios, nunca se atacó la raíz del problema. Algunos señalaron , como Carolina Gutiérrez, que a pesar de llamar a los organismos encargados, como alcaldía e Hidrocentro, ninguno responde al llamado.
Camiones privados han ofrecido servicios por Bs 12 mil, cifra que no convence a muchos vecinos, tomando en cuenta los altos precios de otros servicios y rubros.
(Foto Saúl Zerpa)
La realidad para los habitantes de este sector se agudiza, pues Gutiérrez mencionó que debido a la presencia del brote de aguas servidas se han presentado casos de diarrea, fiebre y náuseas, este último debido al mal olor.
