El éxito de estas terapias varía mucho entre los tipos de cáncer y, hasta la fecha, los ensayos clínicos de la primera modalidad de inmunoterapia habían fracasado para tratar el cáncer de mama(Foto referencial)

Chicago (EEUU), 7 jun (EFE).- La
inmunoterapia se ha confirmado en el congreso de la Sociedad Estadounidense de
Oncología Clínica (ASCO) como una terapia con resultados de control de la
enfermedad a largo plazo en aquellos tumores en los que la investigación está
más avanzada, como melanoma, pulmón o vejiga.

La cita mundial de la oncología
echa hoy el cierre a su 52 edición, que durante cinco días ha congregado en
Chicago (EEUU) a más de 35.000 especialistas en cáncer, se han presentado más
de 5.000 estudios y ha recibido una visita poco habitual en un ámbito
científico, la del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El político escogió el mejor
auditorio para anunciar la creación de una nueva base de datos para la
investigación del cáncer como parte de su proyecto «Cancer Moonshot»,
que pretende lograr en cinco años el progreso de una década, con más
tratamientos disponibles y más capacidad para prevenir el cáncer en estadios
iniciales.

Denominada «Genómica de
Datos Comunes», la base contiene datos genómicos de 12.000 pacientes, pero
la idea es que se vayan incluyendo más con el tiempo y que sirvan para que los
investigadores comparen información sobre tumores, perfil de los pacientes y
reacción ante los tratamientos.

Sobre todo ante los tratamientos
de nueva generación como los fármacos de inmunoterapia, que estimulan el
sistema inmunológico del paciente para que ataque al tumor y que, una vez más,
centraron la atención de ASCO este año.

Pero también siguieron en la
brecha de la investigación las terapias dirigidas contra dianas tumorales, las
quimioterapias convencionales o pruebas de detección como la biopsia líquida,
que se consolida como una alternativa a la biopsia de tejido al ofrecer una
imagen precisa del paisaje genómico del tumor, lo que favorece seleccionar la
terapia adecuada para cada paciente

La presidenta de ASCO, Julie
M.Vose, en declaraciones a los medios españoles en el congreso, destacó que en
esta edición se ha constatado que la inmunoterapia está logrando
«resultados a largo plazo», parar la enfermedad en tumores
metastásicos.

«Muchos pacientes siguen en
remisión al cabo de cuatro o cinco años en enfermedades en las que no se
esperaba ese resultado», apuntó.

Respuestas prolongadas a
tratamientos es lo que han probado fármacos contra las proteínas PD-1 y PD-L1,
causantes de frenar al sistema inmunológico frente al cáncer.

Actúan, entre otros, en casos de
cáncer de pulmón no microcítico metastásico o en el de vejiga, otro de los
tumores de mal pronóstico que comienza a bajar la guardia ante la
inmunoterapia.
Pero quitar «el freno al freno PD-1 y PD-L1» es solo una vía de
actuación, la «punta del iceberg» de todo el potencial que presenta
la inmunoterapia, asegura el presidente de la Sociedad Europea de Oncología
Médica (ESMO, por sus siglas en inglés), el español Josep Taberno.

«Hay más cosas que
investigar, el tope no lo hemos visto todavía, hemos visto lo fácil, pero queda
mucho todavía», asegura el también jefe de Servicio de Oncología del
Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, que asistió a la reunión de ASCO.

En la misma línea, el
investigador español y director del Programa de Inmunología Tumoral de la
Universidad de California, Antoni Ribas, considera que, aunque la inmunoterapia
está obteniendo respuestas duraderas de los pacientes, «todavía no llega a
todos».
«El siguiente paso -indicó- es saber por qué unos pacientes responden y
otros no. Pero no va a llegar al cien por cien, habrá algunos en los que el
sistema inmune no se pueda activar».
Pionero en el tratamiento inmunoterápico en melanoma, el oncólogo y hematólogo
constata que, «de los pacientes que responden, el 75% duran años en una
enfermedad que antes era mortal en meses y ahora llevan una vida normal».

Y en este gran paso la
inmunoterapia no ha funcionado sola sino que lo hace en combinación con otros
fármacos inmunoterápicos, con distintas quimioterapias y con terapias
dirigidas.

Se trata de medicamentos de nueva
generación con precios altos que provocan voces en contra. «En un tiempo
no muy largo no vamos a poder pagar los tratamientos para el cáncer porque cada
año surgen nuevos para tumores que antes no tenían», advirtió el
presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Miguel Martín.

Un estudio presentado en ASCO
concluye que el precio al por menor de los medicamentos contra el cáncer es más
bajo en los países de menos ingresos pero, aún así, siguen siendo menos
asequibles que en los países económicamente más potentes.

Un cierre económico para una
reunión científica en la se conocieron estudios destacados en la sesión
plenaria como el doble trasplante de células madre que logra que sigan con vida
y libre de enfermedad, tres años después de tratamiento, niños con neuroblastoma,
un cáncer cerebral infantil de alto riesgo.




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