EFE

A seis kilómetros de la multitudinaria marcha
opositora denominada «Toma de Caracas», miles de chavistas se
concentraron este jueves en respaldo al jefe de Estado, Nicolás Maduro,
al
tiempo que criticaban la otra manifestación que tuvo como objetivo
presionar por un referendo revocatorio presidencial.

Igual que
los opositores, los chavistas comenzaron a concentrarse desde las
primeras horas de la mañana pero en la emblemática avenida Bolívar de
Caracas, un sitio usado tradicionalmente por los políticos del país
caribeño como termómetro para medir o exhibir fuerza y capacidad de
movilización.

El Gobierno desplegó siete tarimas a lo largo de
los dos kilómetros de longitud de esta avenida donde los simpatizantes
de Maduro se diseminaron
, en su mayoría, vestidos de rojo, el color de
la llamada Revolución Bolivariana.

Así, vestida de rojo, la
señora Carmen Egáñez, una caraqueña de 72 años, dijo a Efe que «siempre»
ha participado en los actos proselitistas del chavismo y que en esta
oportunidad lo hacía «por convicción» pues, afirma, «nos jugamos la
patria».

La septuagenaria asegura que sufre las consecuencias
de la escasez generalizada en el país petrolero pero cree que la actual
crisis no es razón suficiente para revocar a Maduro, como pretende la
alianza de partidos opositores Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

«Ellos (oposición) quieren sacar a Maduro, está bien que marchen,
cada quien tiene derecho, pero referendo este año no hay, y ellos lo
saben», expresó.

Una opinión similar manifestó la joven
Yeureska La Rosa, quien se identificó como militante del gobernante
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y consideró que la oposición se ubica «del lado incorrecto de la historia» al pretender revocar el mandato de Maduro.

«La oposición marcha por intereses personales y no por los del pueblo
(…) yo no creo que el revocatorio se dé, ni este año ni el otro»,
sostuvo.

La oposición, que llamó hace semanas a «tomar»
Caracas este 1 de septiembre, superó en números a la movilización
oficialista que se desarrolló en paralelo y que el PSUV convocó apenas
ayer.

Sin embargo, convencidos de que representan a la mayoría
del país, los líderes y la militancia chavista desestimaron la
manifestación opositora que, según las cifras de Maduro, no alcanzó a
sumar los 30 mil participantes.

Ni el jefe de Estado ni ningún
otro vocero del Gobierno se animó a estimar la cantidad de
simpatizantes que movilizaron a este acto «en defensa de la revolución».

Solo el alcalde del municipio caraqueño Libertador, el oficialista
Jorge Rodríguez, se atrevió a decir que habían llenado de punta a punta
la emblemática avenida.

El hecho es que «La Bolívar», como se
le conoce, contó con mucha música, bailes, brincos, comerciantes
informales, y con varias «areperas socialistas», establecimientos que
ofrecieron el tradicional plato venezolano a medio dólar, según la tasa
oficial de cambio más alta (645 bolívares por cada dólar
estadounidense).

Los chavistas estaban celebrando, o al menos
así lo considera Carmen Quintero, una cincuentona originaria de Caracas,
que habló de una «victoria de la paz» ante el normal desarrollo de las
dos movilizaciones.

Sin embargo, cree que los opositores no
han dejado gobernar a Maduro, electo en 2013, y que defienden una
ideología incorrecta.

«Este año no va a haber referendo (…)
si la oposición quería revocatorio tenían que haberlo pedido en enero»,
repuso la chavista en una suerte de reiteración del alegato oficialista
que acusa a la MUD de haber iniciado los trámites a destiempo.

Además, un grupo de personas en sillas de ruedas también acudió al
llamado del chavismo y se identificaron como miembros de una
organización de personas con discapacidad.

Tras asegurar que
hablaba en nombre de cientos de minusválidos, Eduaín Eveú, uno de ellos,
dijo estar en desacuerdo con que se realice una consulta para revocar o
no a Maduro y aseguró que a «los hermanos discapacitados» que
recorrieron 500 kilómetros hasta Caracas para marchar a favor del
revocatorio «les compraron la consciencia».

En general,
quienes acudieron a la concentración esperaron durante horas y bajo el
sol tropical hasta que el presidente venezolano ofreció su discurso para
aplaudirlo, quizá una manera de cumplir con la consigna gigantesca que
destacaba en la tarima principal y que invitaba a apoyar a Maduro pese a
las adversidades.




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