EFE
Los grandes terremotos son más
probables cuando hay mareas altas o vivas, es decir, en fases de Luna nueva o
llena, indica un estudio publicado hoy en Nature Geoscience.
Un equipo dirigido por el
académico Satoshi Ide, de la universidad de Tokio (Japón), realizó experimentos
que ofrecen pruebas prácticas de este fenómeno, que hasta ahora se intuía pero
sin que se hubiera demostrado.
Ide y sus colegas recrearon el
tamaño y la amplitud de la «fuerza de marea» -un efecto de la fuerza
de la gravedad que es responsable de la existencia de las mareas- que hubo
durante las dos semanas anteriores a varios grandes terremotos (con magnitudes
de 5,5 o superiores).
Los científicos hallaron una
correlación entre las fuerzas de marea y los grandes terremotos, si bien no la
detectaron con los seísmos pequeños.
Comprobaron que grandes
terremotos como el de Sumatra (Indonesia) en 2004, Maule (Chile) en 2010 y
Tohoku-oki (Japón) en 2011 ocurrieron en momentos de una gran amplitud de la
fuerza de marea alta.
También descubrieron que la
proporción de grandes terremotos, en comparación con los pequeños, aumenta en
relación con los incrementos de la amplitud de la fuerza de marea.
La ciencia todavía no ha podido
explicar totalmente cómo se inician y cómo se desarrollan los grandes seísmos,
pero se cree que crecen en cascada a partir de una fractura pequeña que se
convierte en una gran grieta.
Los autores señalan en Nature
Geoscience que, si esto es así, su estudio indica que la probabilidad de que
una pequeña fractura progrese hasta convertirse en una gran grieta aumenta
durante las mareas altas o vivas.
En consecuencia, un mayor conocimiento de la fuerza de las mareas en
regiones sísmicas podría contribuir a una mejor predicción de la probabilidad
de terremotos, afirman.