(Foto archivo)

AFP

La oposición venezolana realiza este viernes una marcha con cacerolas exigiendo que se dé vía libre a la recolección de firmas para convocar un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.

En la antesala de la protesta nacional, la autoridad electoral decidió postergar, citando una situación de «amenazas», el anuncio que debía realizar este mismo viernes sobre la fecha y condiciones para el recaudo de las cuatro millones de rúbricas (20% del padrón) necesarias para el llamado a las urnas.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) alegó que las protestas opositoras ponen en riesgo a sus funcionarios y dijo que retomará el análisis del sensible tema recién el lunes próximo, aunque no especificó si ese día hará un pronunciamiento definitivo.

Por lo pronto, los adversarios de Maduro prevén iniciar la jornada de movilizaciones con un toque de ollas, en lo que han denominado la «cumbre del pueblo contra el hambre y por el revocatorio», en alusión a la Cumbre de Países No Alineados (NOAL) que transcurre en Isla de Margarita (norte de Venezuela).

«Va a ser la anticumbre, la cumbre del pueblo en respuesta a este derroche fastuoso (del NOAL) y en reclamo a que se establezcan con claridad las condiciones» para la recolección de firmas, dijo el jueves Jesús Torrealba, secretario de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Antes de conocer la reciente decisión del CNE, Torrealba había anticipado que la falta de definiciones en torno a la activación de un referendo motivaría aún más las marchas.

«Si no hay respuesta (del CNE) también sería un motivo para protestar (…) porque el silencio es un irrespeto al derecho del pueblo venezolano a construir una solución pacífica, electoral, constitucional y democrática a este drama que estamos viviendo», añadió Torrealba en rueda de prensa.

Afectada por la caída del ingreso petrolero, Venezuela sufre una crisis económica reflejada en una escasez de 80% de los alimentos y las medicinas, según estudios privados, y la inflación más alta del mundo, que el FMI proyecta en 720% para 2016.

 Maduro «no se va» 

Las movilizaciones se producirán tras dos jornadas de protesta, el 1 y 7 de septiembre, para exigir el revocatorio. La primera reunió a un millón de personas en Caracas, según la MUD, aunque el gobierno sostiene que apenas fueron unas decenas de miles, y que ese mismo día movilizó a medio millón de chavistas.

En todo caso fueron las manifestaciones más masivas desde las de 2014 contra Maduro, que dejaron 43 muertos. 

La de la semana pasada congregó a unos miles, siguiendo la constante de las convocatorias anteriores.

«Ahora dicen que van a ir con su olla a la calle, váyanse para la calle, pero les voy a decir algo: Nicolás no se va y seguirá siendo presidente con cacerola o sin cacerola», advirtió el jueves el número dos del chavismo, Diosdado Cabello.

Elegido hasta 2019, el mandatario socialista descarta que el referendo se pueda celebrar este año y demandó el proceso por fraude en la recolección de las firmas que habilitaron a la MUD como promotora de la consulta.

«Quieren resucitar a un muerto y, más temprano que tarde, el pueblo venezolano y las leyes venezolanas terminarán de enterrar en paz el fraude», afirmó esta semana Maduro, que atribuye la crisis a una guerra económica de la derecha, apoyada por Estados Unidos, para derrocarlo.

Para la MUD, el referendo solo tendría sentido si se realiza antes del 10 de enero de 2017, pues si Maduro pierde habrá nuevas elecciones. En una fecha posterior, aun si el gobernante es derrotado, el mandato lo concluirá su vicepresidente.

Diálogo condicionado 

El forcejeo se mantiene pese a que esta semana las partes revelaron haber mantenido dos reuniones, el viernes y sábado últimos, para explorar un diálogo sobre la crisis. 

Al tiempo, Maduro aseguró que esos acercamientos son apoyados por el papa Francisco, aunque el Vaticano no se ha pronunciado hasta el momento.

Sin embargo, tanto el gobierno como la MUD advirtieron que ni el referendo ni el caso de los opositores presos están en discusión.

«Hasta tanto se aclare el panorama (del revocatorio) aquí no puede haber ningún otro tipo de encuentro», dijo Torrealba. 

Maduro ya había acusado a la MUD de faltar a su palabra por supuestamente violar la confidencialidad de las aproximaciones.

Si el CNE autoriza, la recolección de las cuatro millones de firmas deberá realizarse en tres días continuos, para lo cual la MUD exige desde ya que se habilite un número suficiente de máquinas de registro de rúbricas y huellas.

El organismo electoral ha dicho que el recaudo podría hacerse a finales de octubre, tras lo cual contará con un mes para su validación. Este calendario tentativo dificulta los planes de la oposición de celebrar la consulta en 2016.

Encuestas privadas señalan que la revocatoria de Maduro ganaría abrumadoramente.





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