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Aunque Miguel Cabrera nunca jugó con José Fernández, la trágica muerte del lanzador cubano de los Marlins en Miami, la ciudad donde vive el venezolano durante el invierno, le pegó duro. Y también le dejó una lección.

«Nunca des nada por sentado», dijo Cabrera el pasado fin de semana durante la serie que disputaron los Tigres de Detroit en Atlanta, donde terminó su temporada 2016.

Cabrera se refería a la vida, pero también al béisbol. Un mal juego no es el fin del mundo. Pero también es importante reconocer el valor de cada encuentro.

«Nunca des nada por sentado y trata de jugar cada juego sin importar nada», añadió Cabrera.

Mientras decía eso, todavía estaba tratando de aceptar el hecho de que él y los Tigres no jugarían más en el 2016. El intento de Detroit por alcanzar un puesto en la postemporada, potenciado en parte por su tórrido bateo al final de la campaña, se quedó corto por un juego.

«Le estaba diciendo a los muchachos, ‘¿y ahora qué voy a hacer?'», dijo Cabrera. «Uno no hace planes porque quieres jugar en la postemporada. Ahora tengo que ponerme a pensar qué voy a hacer. Yo quería seguir jugando».

Por la forma en la que estaba bateando es entendible que quisiese seguir haciendo swing. Cabrera bateó .349 (de 106-37) con 10 jonrones, 27 empujadas, 16 boletos y un OPS de 1.109 entre el 2 de septiembre y el último día de la temporada. En la última semana tuvo una racha de 10 hits en 11 turnos, cuatro de ellos jonrones, y 13 empujadas. Finalizó el año con una cadena de 10 juegos dando imparables.

Eso le valió el premio al Jugador de la Semana y también el del Jugador del Mes en la Liga Americana. Es la 15ta vez que se lleva el galardón semanal y la tercera en la que lo logra en septiembre durante las últimas cinco campañas.

Pero por otro lado, su cuerpo estaba listo para recibir descanso. Su tobillo derecho, del que retiraron astillas de hueso hace dos años, volvió a molestarle en agosto y en estas últimas semanas. Sentía dolor cuando se deslizaba en las bases o cuando iba en busca de pelotas mientras defendía la inicial. Su forma agresiva de correr las almohadillas en los últimos juegos lo hacía ver más sano de lo que en realidad estaba.

«Fue difícil, pero ustedes me conocen», dijo Cabrera. «Yo quiero jugar».

Cabrera dijo que planea ver a un doctor la próxima semana, así que ya tiene algo que hacer.

«Tengo que revisarme el tobillo otra vez», dijo.

Irónicamente, la última vez que ganó el premio Jugador del Mes fue en septiembre del 2014, cuando jugó a pesar de las astillas de hueso en el mismo tobillo y una fractura en el pie.

Una vez se resuelva el asunto del tobillo, Cabrera empezará a entrenar y a prepararse para el 2017, una temporada en medio de la cual cumplirá 34 años en abril. Cuando los Bravos presentaron a varias de sus figuras ya retiradas el domingo durante el último juego en Turner Field, Cabrera saludó a varios de ellos como si fueran viejos amigos. Chipper Jones corrió desde los jardines para saludarlo mientras calentaba cerca de la raya de foul del jardín izquierdo.

«Jugué mucho contra estos muchachos», dijo Cabrera. «Verlos nuevamente, ver que me recuerdan de cuando yo era joven, fue agradable. Porque siento que ya todos los peloteros con los que jugué en mis primeros tres, cuatro años, se fueron, están retirados. Es algo triste».

Cabrera está en un momento de su carrera en el que no puede dar nada por sentado. Al mismo tiempo, cuando ve las caras nuevas en el clubhouse de los Tigres, ve la oportunidad de volver a ganar. Y eso lo motiva.

«He pensado en eso», dijo. «Pienso que la gente en Detroit tiene que sentirse orgullosa, porque tienen muy buenos peloteros para varios años. Tenemos a un buen cátcher en (James) McCann. Todavía está conociendo la liga, y va ser muy bueno detrás del plato y ofensivamente. Tenemos pitchers que pueden lanzar. Pienso que vamos a estar bien por muchos años».

Marlins confirmó pacto de tres años con Prado

El jardinero Ichiro Suzuki y el antesalista Martín Prado volverán a los Marlins de Miami.

El equipo anunció el miércoles que ejerció su opción para el 2017 con Suzuki, y firmó de vuelta a Prado con un acuerdo de tres temporadas hasta el 2019. Ambos jugadores entrarán a su tercera temporada con los Marlins.

Suzuki, de 42 años, alcanzó los 3,000 hits esta temporada, convirtiéndose en el 30º jugador en la historia de Grandes Ligas en conseguir la hazaña, y terminó la campaña con 3,030 hits. Además promedió .291 en 143 partidos.

Suzuki está en el puesto 15 en la lista de hits de todos los tiempos.

Prado, de 32 años, estableció record para la franquicia esta temporada, con promedio de .424 ante lanzadores zurdos, y promedió en general .305. Terminó a tres hits de su mayor total en una temporada, que es de 186, y conectó 37 dobles, su mayor cifra desde que logró 42 en 2012. Además remolcó 75 carreras.




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