Beatriz Rojas/@rojas_beatriz

Los vecinos de la calle Juventud del barrio Negro Primero en Los Guayos, no lo podían creer. Joselyn finalmente había asesinado a su madre para quedarse con la casa. Todos estaban consternados porque el cadáver de la mujer fue encontrado enterrado en el baño.

Joselyn, de 23 años, lo había gritado en varias oportunidades, pero sus vecinos pensaron que era una más de sus bravuconadas. “Un día de estos voy a venir matando a mi mamá para que me quede la casa”, la habían escuchado decir, pero no le dieron importancia al comentario, a pesar de que siempre observaban peleas en la vivienda.

La víctima fue identificada como Zulay Hernández Gil (45), quien no trabajaba porque era epiléptica. Vivía con Joselyn y el marido de ésta, de nombre Rafael. Al parecer entre la pareja le quitaron la vida.

La humilde vivienda que aspiraba heredar.

De acuerdo a lo narrado por los vecinos, Zulay pasaba mucho trabajo porque su hija la maltrataba con frecuencia. Su yerno también la gritaba. La última vez que la vieron con vida fue el pasado viernes. Ese día hubo una fuerte discusión entre los tres. Zulay salió a la puerta de la casa con un vaso lleno de agua, se lavó la cara y lo lanzó al piso. Luego entró a la vivienda y comenzó a exigirle a alguien que le devolviera las llaves.

Los vecinos y sus otros familiares notaron la ausencia de Zulay. Incluso su novio fue a la casa y no la encontró. Santa, su madre, la visitaba con frecuencia por su condición de epiléptica y tras varios días sin verla, empezó a sospechar. Este viernes fue al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y denunció su desaparición, pero también le dijo a los policías, que temía que estuviera muerta.

La comisión policial llegó a la vivienda aproximadamente a las 11:00 de la mañana. Joselyn y Rafael estaban allí y aseguraron que desconocían el paradero de Zulay. Sin embargo, los funcionarios notaron sangre en las paredes y presionaron a la mujer para que hablara.

El pasado viernes se paró por última vez al frente de su vivienda. 

El cuerpo fue enterrado en el baño en un hueco que fue cubierto con concreto. Rafael fue obligado a romperlo y tardó más de una hora en hacerlo. Cuando los policías corroboraron que estaba el cadáver de la mujer, llamaron a los vecinos para que sirvieran de testigos del dantesco hallazgo.

Cuando se iban a llevar detenida a Joselyn, ya estaban presentes varios familiares. Una hermana de Zulay intentó golpearla, y resultó ser un detonante para un grupo de vecinos que quería linchar a la pareja. Los funcionarios lo evitaron disparando al aire.

Algunos parientes comentaron que Santa, abuela de Joselyn, había denunciado ante la policía los maltratos que le infringía a su progenitora, pero nadie hizo nada. Una prima contó que la mujer es muy agresiva porque incluso en una oportunidad le partió la cabeza a su abuela.

Esta misma joven informó que la semana pasada su abuela fue a la casa y encontró a Zulay maniatada dentro de una bolsa de basura. Cuando se percató del movimiento se acercó a la bolsa y la sacó. Le reclamó a Joselyn quien aparentó no escucharla.

Familiares aseguraron que tanto la joven como su pareja son consumidores de droga y no tienen ocupación definida.




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