Basyl Macías

El hijo llegó a su mayoría de edad. Son 18 años de arduo trabajo, entrega y de una hermosa demostración de vocación de servicio y amor por los niños y la música, lo que este viernes 29 cierra el ciclo de conciertos aniversario de los Niños Cantores de Naguanagua 2016.

A partir de las 4:00 p.m, el auditorio de El Carabobeño se llena de música y canto coral, con más de 35 integrantes y sus profesores, que llegan para entregar un variado repertorio, resaltando los auténticos valores musicales venezolanos y latinoamericanos, de la mano de los maestros Eladio Lugo y Marisol Villegas.

María Guinand, en su artículo el canto coral en Venezuela, afirma que estas agrupaciones existen, porque hay una historia de hombres visionarios, quienes han realizado importantes esfuerzos personales e institucionales para construir espacios que estimulen y permitan todo este desarrollo, que es sin duda único en el continente.

Si bien, el canto coral ocupa hoy en día un importante lugar en todo este panorama, aún hay un largo camino por recorrer hasta que logremos que este arte se inserte de manera regular en el sistema escolar de primaria y secundaria.

Son innumerables los beneficios que hacen de la práctica coral una disciplina que propicia el desarrollo personal de quienes lo practican y de sus comunidades, y es una efectiva herramienta de prevención e inclusión social de niños y jóvenes. Algunos de estos beneficios son: que incrementa el sentimiento de fraternidad y de respeto mutuo a través del trabajo que se realiza dentro de un equipo escogido voluntariamente por quienes lo conforman.

Enseña a compartir a través de la música una serie de vivencias que compensan y ayudan a sobrellevar las dificultades de la vida cotidiana.

El verdadero coralista, gracias al estímulo que recibe y a la guía artística y humana, es un ser que definitivamente aportará bienestar espiritual a su comunidad y a la sociedad en general.

Muchos de ellos serán profesionales de la música, otros aficionados. Cualesquiera que sean los resultados, estos redundarán en beneficio de una sociedad más sana, sensible y humana.

El que niños y jóvenes pertenezcan a una agrupación coral, les posibilita integrarse a un grupo de amigos y de relaciones, pues es sin duda una excelente herramienta de integración social.

Introduce a un elevado número de personas al arte musical, desarrollándoles su sensibilidad en una forma directa y que no necesita de grandes inversiones financieras, aunque siempre el respaldo de padres, representantes e instituciones de manos amigas.

Un coro es pues, un pequeño universo de personas que desean compartir y aprender el arte de la música, el cual es accesible a todos a través del uso de la voz, siempre que exista disciplina.

Orgullo Naguanaguense

En octubre de 1997 los profesores Eladio J. Lugo y Marisol Villegas se unen para estructurar un proyecto inicial basado en el trabajo coral con niños, niñas y jóvenes de Naguanagua.

Para ello acuden a Laura Piñero, directora de la Casa de la Cultura de Naguanagua, quien les brinda su apoyo. Y así comienzan sus primeros pasos. Hicieron sus audiciones y ensayos hasta formar un coro con 40 integrantes.

Poco a poco vieron crecer y cristalizar su proyecto musical, al cual dieron por nombre: Niños Cantores de Naguanagua.

Así nace en el año 2001 la agrupación vocal infantil «Niños Cantores de Naguanagua», de la mano de sus padrinos, Julio Castillo, Agrupación Musical Gajillo y Nelson González; quienes desde el primer momento creyeron en tan hermoso propósito artístico-educativo y cultural.

Desde ese momento los Niños Cantores de Naguanagua han recorrido un gran número de escenarios dentro y fuera del estado, dejando en alto el nombre del municipio a donde pertenecen; ganando el aplauso imperecedero de su público.

Actualmente cuenta con más de 35 integrantes, entre los cuales se cuentan varios fundadores que individualmente también han logrado excelentes galardones en distintos festivales de la región y el país.




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