AFP

A
Oscar Pistorius le bastaron 45 segundos y 44 centésimas para convertirse en una
leyenda, al correr los 400 metros en los Juego Olímpicos de Londres-2012. Con
la misma velocidad, su vida dio un vuelco al año siguiente, cuando mató a tiros
a su novia, por lo cual fue condenado este miércoles a seis años de cárcel.

La
carrera contra atletas válidos en aquellos Juegos Olímpicos marcó la cima para
este deportista sudafricano, doble amputado y seis veces campeón paralímpico de
atletismo.

Ese
mismo año, el conocido como «Blade Runner», por las prótesis de
carbono que llevaba en ambas piernas, fue proclamado por la revista
norteamericana Time como una de las cien personalidades más influyentes del
planeta.

Los
patrocinadores se apresuraban en firmar contratos con este símbolo de la superación,
joven, rico y admirado.

Pero
siete meses más tarde, la noche del 13 al 14 de febrero de 2013, su imagen de
héroe se hizo añicos al conocerse que había matado en su casa de Pretoria a su
novia, la modelo Reeva Steenkamp.

El
atleta le descerrajó cuatro tiros a través de la puerta del baño, donde la
joven se encontraba en el momento de los hechos, a las tres de la madrugada.

En
todo momento, el deportista insistió en que disparó porque confundió a su novia
con un ladrón, lo que primero le valió cinco años de cárcel por «homicidio
involuntario», y este miércoles seis años, después de que su crimen fuera
recalificado por un tribunal de apelación como asesinato.

Tras
la muerte de su novia, la maquinaria mediática dio un giro de 180 grados,
mostrando en detalle la cara menos simpática del joven hasta entonces aclamado
por su voluntad.

Según
el nuevo retrato dibujado por los medios, Pistorius sería un joven agresivo
apasionado de la velocidad, mujeriego y sobre todo muy aficionado a las armas
de fuego.

VIDA DE SACRIFICIOS

Pistorius
nació sin peronés el 22 de noviembre de 1986 en Johannesburgo y fue sometido a
una operación para amputarlo por debajo de las rodillas a la edad de 11 meses.

Pistorius
aprendió a caminar con prótesis, y siempre quiso desde su infancia medirse con
deportistas válidos.

Probó
el waterpolo, el cricket, el boxeo, y finalmente se decantó por el atletismo a
los 16 años, tras haber quedado lesionado en una rodilla jugando al rugby.

Desde
sus primeras vueltas a la pista de atletismo, Pistorius rompe récords. Su
entrenador en el instituto asegura que tardó seis meses en darse cuenta de la
discapacidad de su atleta porque siempre corría con pantalón largo y hacía
todos los ejercicios «al mismo ritmo que los otros».

Ultradominador
en los Juegos Paralímpicos (seis medallas de oro entre 2004 y 2012), Pistorius
se lanza el reto de competir con los atletas válidos, pero eso le lleva a un
largo combate, dentro y fuera de la pista, para lograr su objetivo.

En
2008, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) vetó su participación en
las competiciones que organizaba al estimar que las láminas de carbono con
forma de patas de felino le daban a Pistorius cierta ventaja en la segunda
parte de la vuelta a la pista.

Sin
embargo, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) quitó la razón en 2008 a la
IAAF y Pistorius pudo competir con los atletas de élite.

Pistorius
redobló sus entrenamientos para convertirse en el primer atleta discapacitado
en correr el Mundial de Daegu-2011, donde logró la medalla de plata en el
relevo 4×400 metros llanos.

En
Londres-2012, la Federación Sudafricana lo seleccionó para el relevo 4×400 en
julio y posteriormente para el 400 m individual, alcanzando las semifinales en
la prueba individual y la final en los relevos.




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