EFE

Cientos de miles de personas han
desfilado hasta ahora ante la urna con las cenizas del cantante y compositor
mexicano Juan Gabriel en el homenaje que se le rinde en el Palacio de Bellas
Artes, que mantendrá sus puertas abiertas esta noche para que sus admiradores
puedan despedirse de él.

«Todo parece indicar que
dejaremos abierto el Palacio porque son entre 150.000 y 250.000 personas ya,
entre las que entraron y la gente que llena prácticamente toda la Alameda
Central y las calles adyacentes», dijo hoy el secretario de Cultura,
Rafael Tovar y de Teresa, en una entrevista con Foro TV.

El ministro añadió: «No
podemos dejar a miles de personas que hayan venido hasta acá, que hayan
sacrificado cuestiones de horario de trabajo, horarios de estudio, etcétera,
con un portazo, sino tiene que estar el Palacio abierto a todos».

Al pedírsele una reflexión sobre
la gran cantidad de gente que ha acudido al homenaje, habló de «la
conexión de Juan Gabriel con los públicos más diversos» y de que «su
música llegó a muchas generaciones y a muchas sensibilidades».

Por la mañana, el propio Tovar
había estimado en 500.000 la cifra de personas que despedirán a Juan Gabriel en
Bellas Artes, donde las cenizas permanecerán hasta mañana antes de ser
devueltas a Ciudad Juárez, la urbe en que creció el artista y escenario el fin
de semana de diversos actos conmemorativos.

«Como es un homenaje
espontáneo, y depende de la voluntad de la gente de ir, no se puede precisar,
pero creo que menos de medio millón de personas no tendremos», dijo a la
emisora MVS Radio.

Recordó que en el homenaje al
cómico Mario Moreno «Cantinflas» en abril de 1993, el Palacio de
Bellas Artes recibió a unas 300.000 personas, y en el del escritor colombiano
Gabriel García Márquez, cuyo cuerpo ocupó el recinto en abril de 2014, llegaron
unas 250.000.

Tras partir en un avión de la
Fuerza Aérea Mexicana desde Ciudad Juárez, las cenizas del cantante llegaron a
Ciudad de México cerca de las 14.15 hora local (19.15 GMT).

El cortejo fúnebre con las
cenizas del cantante y compositor, quien murió el 28 de agosto en Santa Mónica
(Estados Unidos) de un infarto a los 66 años, llegó unas dos horas después al
Palacio, considerado el principal recinto cultural del país, en el Centro
Histórico de la capital.

Ya en el monumental Palacio, el
famoso tema «Amor eterno», interpretado por el tenor mexicano
Fernando de la Mora acompañado de una banda de mariachi, fue la canción
escogida para abrir el nuevo homenaje.

Frente a una pantalla gigante con
la imagen de Juan Gabriel vestido de blanco, su nombre y los años en que se
inició y terminó su vida (1950-2016), De la Mora cantó en la escalinata del
vestíbulo del edificio.

Delante del tenor escuchaba
solemne la canción Tovar, además del hijo y el representante del artista, Iván
Aguilera y Jesús Salas, respectivamente. También el gobernador de Michoacán
(donde nació el cantante), Silvano Aureoles, y el de Chihuahua (donde está
Ciudad Juárez), César Duarte.

Todos ellos en torno a un
pedestal con las cenizas del «Divo de Juárez» en una urna de madera
con una placa plateada en la que lucía la Virgen de Guadalupe en forma de
grabado.

Luego, la cantante de rancheras
Aída Cuevas interpretó «Te lo pido por favor» y «Te sigo
amando», con el mismo acompañamiento y la misma emoción, lo que provocó el
llanto de aquellos seguidores de Juan Gabriel que siguieron el acto a través de
las pantallas gigantes instaladas en las cercanías del inmueble.

En una conferencia de prensa
posterior a su tributo, Fernando de la Mora declaró que Juan Gabriel «hizo
cantar a todo un pueblo latinoamericano».

«Él traspasó las fronteras
de la popularidad, es un gran compositor de la música popular, su público fue
toda Latinoamérica», añadió.

Por su parte Cuevas, quien
considera a Juan Gabriel un «maestro, amigo y guía», se deshizo en
lágrimas y abrazos con familiares y amigos del cantante.

Este mismo sentimiento afloró en
los admiradores del cantante que se despidieron de este genio de la canción.
Aunque solo fuera por cinco segundos, el tiempo que podían estar frente a la
urna.

«Sentí que mi alma se me
iba. Me gustaba muchísimo», contó a Efe Virginia tras pasar ante la urna
luego de 10 horas haciendo fila.

Para Eugenia, que fue al Palacio
con su nieta de ocho años, Alberto Aguilera -nombre verdadero de Juan Gabriel-
fue «un personaje extraordinario», y deseó que, si el cantante está
con Dios, pida «por estos mexicanos que quiso tanto». 




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