EFE
El papa Francisco abandonó este domingo Ereván, tras una visita de tres días a Armenia, desde el aeropuerto internacional Zvartnots de la capital y con destino a Roma.
El avión del pontífice, acompañado por su séquito y varias decenas de periodistas, despegó a las 18.48 hora local (14.48 GMT) y tiene previsto aterrizar en el aeropuerto romano de Ciampino.
Como último acto durante su visita, el papa y el patriarca armenio Karekin II soltaron dos palomas desde el antiguo monasterio de Khor Virap y frente al monte Ararat, como símbolo de su aspiración por la paz entre Armenia y sus países vecinos.
Antes de ese momento simbólico, ambos firmaron una declaración común en la que dejaron constancia por escrito de que la masacre de armenios a manos otomanas en 1915 fue un «genocidio», término que Turquía rechaza férreamente.
En el documento común rubricado en la sede del patriarcado armenio, Etchmiadzin, señalan que el papa Juan Pablo II calificó estos hechos como «el primer genocidio del siglo XX».
Este decimocuarto viaje de Francisco al extranjero ha otorgado, además, gran importancia a los esfuerzos por ahondar en la unificación con el resto de los cristianos, en concreto con la Iglesia apostólica, la oficial de Armenia.
Entre los actos ecuménicos que ha protagonizado, el último se produjo esta mañana local, al asistir a una solemne Divina Liturgia de rito armenio en la sede de la Iglesia apostólica, en Etchmiadzin, donde solicitó la bendición del propio patriarca.
El papa tiene previsto regresar al Cáucaso en septiembre próximo, cuando visitará Georgia y Azerbaiyán