EFE

El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, hizo este lunes un llamamiento «solemne» para restaurar «con urgencia» una tregua en Siria y pidió que la comunidad internacional, en especial EEUU y Rusia, presionen en favor de una solución política.

En un comunicado, Aurault recordó que la comunidad internacional se había comprometido para que este 1 de agosto se hubiera alcanzado un acuerdo de transición y lamentó que ese compromiso no se haya cumplido.

«Las negociaciones de Ginebra han sido suspendidas por la intransigencia del régimen, pese a que la oposición ha hecho propuestas constructivas. Sobre el terreno, la tregua y el derecho internacional humanitario se violan constantemente», lamentó.

Ayrault apuntó que el régimen de Bachar al Asad y las fuerzas que lo apoyan han cercado la ciudad de Alepo, multiplican los ataques contra civiles y hospitales y «fuerzan a los habitantes a abandonar la ciudad».

En ese «contexto dramático», en el que vio como una trampa el corredor humanitario porque quienes salen de Alepo «quedan bloqueados en la frontera turca», lanzó un «grito de alarma» a los copresidentes del Grupo Internacional de Apoyo a Siria.

En su misiva al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y al titular ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, junto a la petición para restaurar la tregua, Francia instó a acentuar la acción contra grupos clasificados como terroristas por Naciones Unidas, sin que eso sirva de pretexto para eliminar «toda oposición al régimen».

Recalcó igualmente que la veintena de miembros que integran ese grupo de apoyo (conocido como ISSG, por sus siglas en inglés) deben volcar toda su influencia en favor de la transición.

«Solo una transición política creíble permitirá salir de la crisis en Siria y luchar de forma decisiva contra el terrorismo», concluyó el comunicado, en el que se reitera el apoyo de Francia al enviado especial de la ONU para el conflicto, Staffan de Mistura.

Según añadió Ayrault en la emisora «France Info», Rusia y EEUU deben hacer «lo máximo» para establecer las condiciones que conduzcan a la paz, sin cerrar los ojos sobre la situación humanitaria.

No tener en cuenta el actual sufrimiento de la población sería «moral y políticamente inaceptable, además de ineficaz, porque la oposición moderada podría tener una excusa para no volver a la mesa de negociaciones», añadió el ministro, que no descartó volver a acudir al Consejo de Seguridad de la ONU «si nada se mueve».




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