Dayrí Blanco|@DayriBlanco07
No hay ningún resultado positivo tras el paso de manos privadas a
públicas de Canteras Cura en 2008. Los
números productivos son negativos y el maltrato al personal en rojo.
Los trabajadores de la ahora “Empresa Socialista” son víctima y testigos de una
crisis que evidencia la falta de inversión de parte del Gobierno.
A 27,5% de la
capacidad funciona la planta que antes de la expropiación colocaba en el
mercado de la construcción más de 80 mil metros cúbicos. Ahora solo se hacen
22 mil entre piedra número uno y dos, roca tipo balastro y arena lavada.
La empresa, con sede en San Joaquín, en el eje oriental de Carabobo, tiene solo 10% de su maquinaria activa.
“El Gobierno no aprueba recursos para la reparación de los equipos”, alertó
Luis Infante, operador de perforadora en el lugar.
Apenas dos camiones de acarreo, que transportan el
material desde el cerro hasta las líneas de producción, están operativos de una flota de 17. Quedan dos rosqueros de 30 y
tres trituradoras de 18.
Luis Noel Meléndez, sindicalista de la empresa, explicó que pese a que
en principio se asignaron recursos para la compra de equipos no se ha hecho lo
mismo para su mantenimiento. “La idea es que se dañen y luego venderlos como
chatarra”.
Pero ese no es el único problema en Canteras Cura. Desde hace 15 meses se inició un consecutivo ataque laboral con la
eliminación de beneficios como seguro médico, comedor, implementos de seguridad
industrial y despidos de 12 personas, que han denunciado las
irregularidades en el lugar, sin que se les cancele la liquidación correspondiente
por sus años de servicio.
Antes de la expropiación la empresa contaba con dos áreas de explotación
activas formadas por roca caliza y anfibolita para producir balasto, piedra
número 1, arrocillo, polvillo y arena lavada, que sirven para la mezcla de los
diferentes derivados en la industria de la construcción.
El Gobierno pasó a ser propietario de la planta de acuerdo a la
resolución publicada en la Gaceta oficial 38.691, donde se manifiesta que el Estado
venezolano posee la imperiosa necesidad de contar con fuentes seguras de
materia prima en el área de la construcción.
