Luis Alejandro Borrero
| @LABC7
Puede causar risa. Eso imagina Ulises Rojas, vicerrector
académico de la Universidad de Carabobo (UC), si lo conversara con un homólogo
de, por ejemplo, una universidad chilena. El atraso en el desarrollo de las
conexiones que tiene la casa de estudios más grande de la región es deplorable.
“El eje central de la universidad es lo académico. La buena interconectividad
es fundamental”. Pero la velocidad de conexión promedio en el campus de Bárbula
es de 2 megabytes.
Significa que, si por ejemplo un estudiante quisiera mostrar
en clases un documental de tres horas, tardaría en promedio 13 horas y 58
minutos el tiempo de descarga. Una completa presentación de Power Point, que
puede llegar a pesar 50 o 60 megas tardaría 16 minutos. Ver un vídeo en Youtube
de alrededor de 5 minutos significa hasta 10 minutos viendo “el relojito” con
la pantalla negra. “Hoy en día, una universidad que no esté interconectada, no
es una universidad”.
El acceso se limita a espacios específicos. No abundan las
zonas Wi Fi en la UC con conexiones estables. Solo hay redes inalámbricas cerca
de los edificios. La queja de los estudiantes es que aunado a la poca cobertura
de las redes sin cable, la mayoría está protegida por contraseña y reservada
para profesores y personal administrativo. La UC tiene 330 mil metros cuadrados
de construcción, pero 490 mil de áreas verdes; así que mejorar la conectividad
es un reto.
Y pasa por la dotación. La UC tiene algunos equipos, pero
muchos están deteriorados, lamenta el profesor. Otros quedan obsoletos en
cuestión de meses, ante el avance de las nuevas tecnologías. La razón es única
e irrefutable: falta de presupuesto. La principal casa de estudios superiores
de la región tiene que gastar 88% de sus recursos —asignados por el Gobierno—
en el pago de la nómina. Es obvio, entonces, que la velocidad de internet no es
una prioridad para el Ejecutivo al momento de asignar las partidas. Y eso
afecta la calidad de estudiantes que están egresando cada semestre.
