Dayrí Blanco|@DayriBlanco07
La edad no es excusa. Ellos, los mil 126 jubilados de Corpoelec Carabobo, no tienen nada que perder ante una pensión que es consumida día a día por la inflación. Sin miedo y en gritos se escuchó el reclamo. La quincena no les alcanza ni para comprar en la bodega de su comunidad dos kilos de harina de maíz.
Están acostumbrados a levantarse de la cama temprano. El jueves lo confirmaron. A las 5:30 a.m. llegaron a las puertas de las oficinas administrativas de la estatal en la región, ubicadas en la avenida Cedeño de Valencia. Sus consignas eran claras. Iban dirigidas al ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, y a la gerencia local de la empresa, a quienes exigieron la renuncia al no dar respuestas ante la situación económica que padecen y un contrato colectivo sin vigencia desde hace seis años.
Daysi Medina, presidenta de la Asociación de Jubilados del estado Carabobo, dijo que no descansarán hasta lograr su objetivo. Por eso se sumaron a la protesta indefinida que emprendieron desde el miércoles parte del personal en las afueras del edificio como una manera de radicalizar la huelga de brazos caídos iniciada el 6 de julio.
La intención fue impedir que los trabajadores de las oficinas gerenciales no asistan a sus puestos. “Bloqueamos las entradas y aquí nos quedaremos”.
Al lugar llegó un contingente de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). No hubo represión. Ernesto González, dirigente sindical de Corpoelec en la región dijo que la toma es indefinida, hasta conseguir la firma del contrato colectivo y que las autoridades gerenciales en Carabobo renuncien.