Sara Pacheco
Los transportistas amenazan con un nuevo paro. Una hora “0” que llevan marcadas en las ventanas de algunas unidades. Donde además confunden a la población. Muchos pensaban que debido a la situación, los conductores de unidades de transporte público habían ingresado al negocio informal e ilegal de reventa de alimentos de la cesta básica, como es el caso de Tania Pérez, residente del sur de la ciudad.
“Empecé a ver precios en las ventanas. Hasta le pregunté a uno si estaban vendiendo”, respondió de manera jocosa, “caraotas 4 mil”, “aceite 3 mil”, “cigarro 100 bolívares y el pasaje 40”. Nelson Guedez no entiende su estructura de costos. “Si tu me dices cauchos a tal precio pero ¿comida? todos estamos pasando por eso. No son seres especiales. No estoy de acuerdo con otro aumento”, detalló.
Hay quienes los apoyan, señalan el alto costo de todos los rubros y servicios, pero no aceptan la deficiencia del servicio que se inclina hacia un lado negativo de la balanza cada vez más. Igualmente, de acuerdo a varios testimonios no están respetando lo autorizado en gaceta.
Algunas unidades pegaron en su interior un aviso con el aumento a 59 bolívares. Pero cobran ese precio en rutas urbanas e interurbanas, a pesar que el ministro de Transporte y Obras Públicas, Ricardo Molina, afirmara el pasado 22 de septiembre que la cifra se mantendría en 45 para rutas interurbanas, en cambio las cortas son dependencia de la alcaldía de Valencia, que no ha sufrido aumento, es decir, se mantiene en 40 bolívares.
Al respecto el ministro estimó llegar a un acuerdo, tras varias mesas de trabajo el jueves.
“Bambinos 100 y el pasaje a 40”
A Yenifer Espinoza le parece irrelevante la comparación que han utilizado los miembros del sector transporte. “Uno puede elegir si comerse el bambino, pero no es opcional montarse en un autobús¿cómo llegas a tu casa o al trabajo? ¿y si tienes que montarte en tres diarios? son 600 bolívares. No es posible”, indicó, esto por el precio que han manifestado sería el justo para ellos: 100 bolívares.
