Luis Borrero

Un cargamento de Coltán venezolano había llegado a Corea del Sur a través de una empresa mixta. La revelación del reportaje era una hazaña periodística. Lo había logrado la unidad de investigaciones de El Universal. Poco después, Joseph Poliszuk ingresó a la plataforma del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación, una de las más prestigiosas del mundo.

Conseguir la prueba de fuego. Entrevistar y contrastar hasta confirmar el último dato antes de publicar. Es un estilo de reportajes que ahora se ve poco en medios tradicionales. El periodismo venezolano atraviesa una crisis, analiza Poliszuk. Recuerda su trabajo de campo en las minas, el monitoreo de tráfico marítimo y hasta una fuente en Seúl que confirmara la llegada del coltán, un mineral de altísimo valor, cuya extracción en ese momento estaba reservada al Estado, y que se utiliza en la elaboración de componentes electrónicos. Los métodos periodísticos son los mismos, pero la plataforma ahora es otra, la digital.

No hay mejor lugar para un periodista de investigación que donde no ha sido llamado. Pero en Venezuela algunos empezaron a hacerse incómodos en sus propios lugares de trabajo: las redacciones. Los jefes en el impreso no los querían allí porque la orden era ‘suavizar’ los contenidos para no perjudicar al Gobierno. El éxodo fue masivo e inmediato. “Decidí irme antes que el cambio, que era inminente, me llegara”. 25 medios cambiaron de dueño en menos de tres años. El Universal no fue la excepción.

A Poliszuk un viejo proyecto le rondaba la cabeza. El joven había tenido una experiencia de trabajo en El País de España y la BBC de Londres. Sentía en el periodismo venezolano un vacío para la investigación. Ya él realizaba contenidos para un blog gratuito de nombre ‘Armando.info’. Cuando llegó la debacle que significó la venta de El Universal, era momento de emprender: refugiarse en lo digital para enfrentar el bozal rojo.  

En 2014 el proyecto de Armando.info se materializó junto con Alfredo Meza y un capital semilla. Otras iniciativas como Efecto Cocuyo, Runrunes.es y El Pitazo.Tv estaban andando. El objetivo: romper la censura a través de portales. Vencer la hegemonía comunicacional con creatividad. Y mucha testarudez.  

Los frutos recogidos son dulces. Armando.info se convirtió en una referencia para periodistas en Venezuela. Fue el portal encargado de colaborar en la serie de reportajes sobre los Panamá Papers, la filtración de datos e investigación periodística más grande de la historia.

BATALLA AL “NEOCOLONIALISMO”

El Gobierno, a través de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), asegura que 16 millones de personas tienen acceso a Internet, más de 60% de la población. Pero no es necesariamente un avance, apunta la Organización No Gubernamental Freedom House. Hay contrastes: en Distrito Capital la penetración es de 102%. Pero en zonas rurales como Amazonas apenas supera 20%.

2015 fue el tercer año de ejecución del Plan de la Patria. En su objetivo 4.4.2 plantea: “Llevar a niveles no vitales la conexión de Venezuela con redes de comunicación e información dominadas por las potencias neocoloniales, eliminar la dependencia de sectores estratégicos para el desarrollo nacional de redes de comunicación e información controladas por las potencias neocoloniales”. Para ello, se crearía una “Red Patria” defensa integral.

Freedom House explica que, al cruzar con los datos de inflación, la inversión en telecomunicación decreció 64% en los últimos 13 años. La velocidad promedio de conexión, según la Red de Akamai, fue de 1,5 megabytes por segundo (Mbps). Apenas 2,1% de las conexiones corresponden con estándares de banda ancha. El tiempo estimado de carga de una página Web en Venezuela es de 5,6 segundos, el segundo más lento del mundo por detrás de Kenia y Paraguay.

La represión, para Freedom House, es otro punto en contra. Tres de los siete detenidos por utilizar Twitter en las protestas de 2014 seguían presos en 2015. Se bloquearon más de mil páginas Web, algunas de medios como NTN24 o Infobae. Pero solo en Twitter, NTN24 tiene 81% más audiencia que el principal canal de Gobierno: VTV. Cuando los medios tradicionales son censurados, las redes sociales estallan en contenido.

RADIO ACECHADA

El Plan de la Patria también se difunde en ondas hertzianas. 82% de las estaciones de radio en Venezuela tienen la concesión vencida. Para Tomás Guanipa, presidente de la comisión de Medios de la Asamblea Nacional, es una técnica del Gobierno para censurar. Se les presiona con revocar permisos si emiten opiniones adversas a la gestión de Maduro.

Hay más de mil 500 estaciones que funcionan de manera ilegal. Enza Carbone, presidenta de la Cámara de la Radiodifusión, advierte que la calidad de las empresas bien constituidas está mermada por un fenómeno de piratería en la señal. Las radios comunitarias no están debidamente revisadas.

Nuevamente la Web se convierte en alternativa. Las radios digitales son una opción. El Carabobeño, al enfrentarse a su crisis, buscó otra herramienta para evadir la censura impuesta por el Gobierno con la venta restrictiva de papel. Desde el 1 de septiembre de 2015 hace transmisiones en streaming (en directo) con una programación igual a la de una radio convencional. Es la añadidura de una apuesta corporativa por derrotar la censura. El ataque institucional del Gobierno impide que se le otorgue una concesión para operar en el sistema radioeléctrico común.

POLÍTICOS: EN LA CARRERA

Periscope es una herramienta de transmisión en vivo. El último video a través de Periscope de Nicolás Maduro sumó 54 espectadores. Henrique Capriles promedia más de mil televidentes por sesión. La diferencia no es solo de 2.600%, sino que el primero tiene a disposición una red de 41 medios oficiales.  El segundo sufrió, antes de 2016, una segregación tácita luego de perder las elecciones.

Capriles se refugió en lo digital, donde consiguió una audiencia mucho más amplia. En Facebook, la red social con mayor uso del país, las transmisiones sobrepasan el millón. Fue el primer político en hacer difusiones de este tipo ante el veto comunicacional.

Parece una reacción inmediata. Cuando calla un medio, se dispara un tuit, un post en Facebook, un video en Youtube o Periscope. Las redes sociales son la válvula de escape ante la censura. La ejercen medios tradicionales, los emergentes, políticos y ciudadanos. Son la confirmación de una población que no tolera que le pongan la mano en la boca. Y que buscará la forma de burlar las barreras de la ideología que se quiere imponer a la fuerza sobre los derechos.




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