(Foto EFE)

La deflagración ocurrió en medio de una muchedumbre de fieles durante una ceremonia en el santuario de Shah Noorani, santo del sufismo, declaró a la AFP un responsable del gobierno local, Javed Iqbal.

«Al menos 52 personas murieron y otras 105 resultaron heridas», dijo a la AFP el ministro provincial de la región de Baluchistán, Sarfraz Bugti.

El sufismo es una rama mística del islam considerada como herética por algunos grupos islamistas radicales.

Los fieles danzaban en una ceremonia tradicional que se celebra todos los días antes del crepúsculo.

El grupo yihadista EI reivindicó el ataque, en un comunicado en la agencia afín al grupo Amaq.

«35 fieles chiitas muertos y 95 heridos en una operación de martirio ejecutada por un combatiente del Estado Islámico en un santuario en una ciudad de Baluchistán», informó la agencia.

La localidad está a 760 kilómetros de la capital provincial Quetta, una región montañosa con escasas instalaciones médicas, a la que los rescatistas tienen dificultades para llegar.

Las autoridades incluso han enviado refuerzos desde Karachi, ubicada a varias horas en coche del sitio de la explosión.

El portavoz del ejército, el general Asim Bajwa, dijo que los refuerzos fueron despachados pero que «la dificultad del terreno y la distancia» están frenando su avance.

Según Bajwa, 20 ambulancias y 50 soldados están por llegar al lugar, y hay otra caravana de 45 ambulancias y 100 tropas en camino, con unidades médicas.

El presidente del país, Mamnun Hussain, y el primer ministro, Nawaz Sharif, condenaron el atentado.

«El gobierno está determinado a eliminar el terrorismo y el extremismo del país», dijo Hussain en un comunicado, en el que expresó su condolencias.

El despacho de Sharif indicó que el primer ministro pidió que se le dé a los heridos «el mejor tratamiento médico» posible.

Una zona inestable

En junio, el asesinato del famoso cantante sufí Amjad Sabri en Karachi, metrópoli del sur de Pakistán, causó una ola de indignación en el país.

Sabri, intérprete de «qawwali», forma tradicional de música religiosa islámica muy apreciada en Asia del Sur y cuyo origen se remonta al siglo XIII, fue asesinado por dos hombres que iban en moto, y la policía se refirió entonces a un «acto de terrorismo».

Fronteriza con Irán y Afganistán, Baluchistán es la provincia más pobre de Pakistán pese a sus recursos petroleros y gasíferos, y a su apertura al mar de Arabia.

En Baluchistán son frecuentes los conflictos intercomunitarios y actos de violencia cometidos por islamistas. Desde 2004 opera en la zona una insurrección separatista.

La provincia es una zona clave para las ambiciones regionales de China, que quiere completar un corredor que le permita acceso al mar de Arabia.

Este corredor, que requiere de inversiones por cerca de 46.000 millones de dólares ha sido blanco de varios atentados de grupos separatistas.




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