Esteban Sarmiento. (Foto Saúl Zerpa)

Beatriz Rojas / @rojas_beatriz

Lejos de lo que ocurría en otras épocas en el país, a un buen número de personas no le alegró el aumento de salario y de bono de alimentación que decretó el presidente Nicolás Maduro y que entró en vigencia este martes. El salario mínimo se estableció en 27.092 bolívares, y la cestaticket en 63.720 bolívares.

Los consultados aseguran que no hay que ser economista para concluir que el incremento de sueldo y de cestaticket va a generar mayor inflación, porque los comerciantes van a aumentar los precios de todo, para pagarles a sus empleados. Y el que no tenga empleados, igual los sube para ganar más.

Ciudadanos sienten que cada día el dinero alcanza menos, en medio de una nación caracterizada por el desabastecimiento de alimentos, medicinas e insumos médicos. La desesperanza se observa en el rostro de la gente.

Fernando Barrientos, desempleado desde hace dos meses, comentó que ya no recuerda a cuántas empresas ha enviado o llevado curriculos. Según le dijeron existe la posibilidad que lo contraten en un organismo público, pero con el nuevo aumento no cree que el empleo se vaya a concretar.

Mientras tanto se está ofreciendo con amigos y familiares, para pintarles la casa en busca de ganar algo para diciembre. “Si los reales no le alcanza al que trabaja, imagínese la situación del desempleado”.

Nicolás Méndez alquila teléfonos. Cuando se le consultó sobre el incremento de sueldo no dudó en responder que el dinero no alcanza. En su opinión eso va a traer más desempleo.

Nicolás Méndez. (Foto Saúl Zerpa).
Nicolás Méndez. (Foto Saúl Zerpa).

Esteban Sarmiento consideró que ni que se apruebe el doble de ingreso, a la gente le va a alcanzar para comprar las cosas, porque la inflación arropa los ingresos familiares. Comprar productos a precio regulado implica madrugar, arriesgándose a ser atracado, o someterse a las exigencias de los bachaqueros que venden a precios especulativos.

Sarmiento mostró medio kilo de café, que pudo comprar a 4.500 bolívares, luego de hacer cola desde las cinco de la madrugada y por seis horas. Comentó que nunca se imaginó que en Venezuela un kilo de café pudiera costar 9 mil bolívares, y que encima fuera difícil adquirirlo. “La situación del país es grave. No sé cuándo los gobernantes lo van a entender”.

Sabrina Mendoza vende porciones de torta en una plaza para ayudar a su esposo con el ingreso familiar. Nunca antes había trabajado porque con el sueldo de su marido era suficiente. “Lo que más me duele es que mis hijos no podrán comprar su propia casa, ni siquiera un carro”.

Rebeca García expresó que todo el mundo sabe que el dinero no alcanza, por efectos de la alta inflación.

José Luis Freites consideró que el nuevo incremento de sueldo y de cestaticket, traerá más desempleo en el país. A su entender se debe incrementar la producción para que los alimentos no sean tan caros.

 




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