Zaida D. Arias M.
El cardenal Jorge Urosa Savino pidió por el éxito de la mesa de diálogo que inició el país pasado 30 de octubre, en la que intervienen representantes del Gobierno nacional, oposición y la mediación del Vaticano, con el propósito de buscar salidas a la grave crisis institucional, política, económica y social que atraviesa Venezuela.
La exhortación del Príncipe Púrpura tuvo lugar este sábado en la celebración eucarística con motivo de la clausura del “Año Jubilar Extraordinario de La Misericordia”, instituido por Su Santidad, el Papa Francisco, el año pasado.
El acto litúrgico se realizó en la Iglesia Nuestra Señora de La Chiquinquirá, donde asistieron feligreses de todas las edades, provenientes de la gran mayoría de las parroquias del área metropolitana de Caracas quienes llenaron completamente el templo. Los cánticos de entrada y a lo largo de la misa contagiaron de alegría y alborozo a los presentes.
En su homilía, el también Arzobispo de Caracas expresó gracias al Altísimo por la conmemoración del “Año Jubilar Extraordinario de La Misericordia”, y destacó que ella revela el misterio de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Urosa Savino indicó que luego de esta magna celebración, “vendrá el tiempo de la evaluación y de atender el llamado a poner en práctica obras de caridad, ofrecidos a nuestros hermanos, especialmente aquellos que sufren, pasan hambre y necesidades de todo tipo”.
Con palabras entrecortadas, comentó preocupado por la situación que atraviesa el país, al hacer referencia a esas personas “jóvenes, ancianos y niños que se alimentan de la basura”.
El presidente honorario de la Conferencia Episcopal Venezolana oró porque se acreciente la vocación sacerdotal entre los jóvenes, “porque los sacerdotes somos testimonios de alegría en la vida de Cristo”.
Señaló a la gran multitud de feligreses, que el reto de ahora es responder al llamado de Cristo a ser “misericordiosos con nuestros semejantes”, como también ser agradecidos con Dios por ser piadoso con nosotros, a pesar de los pecados que cometemos a cada momento.
