Luego de un cierre de año con una disminución en las ventas que superan el 45%, Antonio Fernández, sigue abriendo su local de telas con la esperanza de vender lo suficiente para pagar por lo menos a sus empleados.
“Fin de semana y mira las calles,” declaró con semblante decepcionado. El primer fin de semana del mes de enero y el centro de Valencia sigue solitario. El bulevar Constitución, siempre repleto de gente hasta los primeros días de enero, ya no luce igual.
Son muchas las tiendas que están cerradas ante la poca afluencia de personas, y las ofertas en las mercancías típica de la fechas desaparecidas. Para Fernández el ver y no comprar es un factor común en los clientes.
Las telas se convirtieron en una opción para los que no pueden comprar ropa por sus altos precios, pero aun así las ventas siguen por debajo que años anteriores, comentó Fernández.
En el local se encontraba Angela Solórzano. Ella fue al centro a ver los precios pero no a comprar, buscaba cazar algún descuento que le llamara la atención, sin embargo se fue sin expectativas a conseguir alguna.
Sorelis Tovar, cajera de una tienda de zapatos, expresó no saber qué esperar de esta situación, algunos de sus compañeros suponen que a mediados del mes comiencen las ventas, pero para ella muchas personas tienen solo para comprar comida, “la ropa, zapatos y accesorios quedan a un lado con esta crisis económica”.
El centro comercial Ayacucho, el Tijerazo, la tienda Chandy, Rolando Trajes, son algunas de los comercios que permanecen con la santamaría abajo.