La verdad es que provoca hacer un análisis, de nuestro controvertido cotarro político, a partir de la utilización del hashtag #delabocapafuera, y comenzar por explicar cómo se aplica la etiqueta, retaceada, por parte del gobierno y de cierta oposición. Veamos

#Delabocapafuera se expresa el oficialismo cuando afirma, rotundo y hasta con cara seria: que el gobierno se va a recuperar porque la economía va a resurgir, cual ave fénix, de sus cenizas. ¿Cómo es que esa boutade no va a encuadrarse en la etiqueta #delabocapafuera?, a menos que lleguemos a la conclusión de estar tratando con unos enajenados mentales convencidos de que, persistiendo en el error de esta tragedia, se puede recuperar un país arruinado por la ejecución de una política económica diseñada por el intergaláctico. Sí, el que se equivocó en todo, menos en su empeño de desentrañar lo peor del alma venezolana.

También le es aplicable, la etiqueta antes mencionada, al inefable ministro de la defensa cuando, de la #bocapafuera, se atreve a decir que en la fuerza armada nacional el apoyo al gobierno es unánime, cuando todo el mundo sabe que la correlación actual en el seno de los militares, quienes no son eunucos políticos, es la misma de toda la sociedad venezolana: 80% adversa al gobierno. Es de Perogrullo que así sea, habida cuenta que los cuarteles no están ubicados en alguna apartada isla paradisíaca, sino en el medio de esta hambruna generalizada.

Dígame lo que afirma ese inefable ministro de Comercio Exterior e Inversión Internacional, Jesús Faría, quien acaba de anunciar el inicio de “exportaciones masivas” #delabocapafuera, desde una zona que le han puesto- con cínico sarcasmo- el único nombre acertado en toda la administración “revolucionaria”: la “Zona Estéril de Maracaibo”. La información la dio a los medios, el iluso ministro, al lado del señor aquel que llamó “gallina” a Chávez y hace pingües negocios diciéndole a los zulianos, #delabocapafuera, que les están llegando productos masivos, cuando los que abarrotan los mercados maracuchos son bienes traídos de Maicao, a dólar libre, produciendo miles de billetes verdes al clan del gobierno zuliano, pero están solo de adorno -esos bienes perecederos- en los anaqueles, pues nadie los puede adquirir a esos precios astronómicos comprados con la moneda gringa que ellos desprecian #delabocapafuera, of course.

El mismísimo presidente Maduro dice, #delabocapafuera, que él es el campeón del diálogo nacional, pero no cumple con ninguna de las exigencias de la MUD ni de la sociedad venezolana, pues no libera presos políticos, no aprueba un cronograma electoral como salida a esta pesadilla y ni siquiera admite habernos sumergido en una crisis humanitaria de vastas proporciones, lo que abriría los canales de ayuda internacional para mitigar el hambre y el desabastecimiento de los sectores más humildes de nuestra población.

Y lamentablemente, last but not least, debemos confesar, desde nuestra acera opositora, que por estos pagos también tenemos unos especímenes, quienes privadamente elogian a los partidos, a la política y hasta fundan organizaciones -sin un atisbo de democracia interna, dicho sea de paso- pero #delabocapafuera critican hasta el paroxismo toda propuesta que hagan los partidos políticos que están en la MUD, con el oculto y embozado propósito de asumir, ellos sí, el liderazgo de la alianza opositora. Claro que, para dicho despropósito, asumen #delabocapafuera las tesis más radicales, aunque las saben de imposible ejecución, pero de llegar a la dirección orientarían su política, frente al régimen, seguro estoy, con la mayor modosidad y ternura.

¿Cómo saber cuándo la declaración de nuestra dirigencia política no amerita el hashtag: #delabocapafuera? Muy fácil, véanle a los ojos al declarante, obsérvenles el rictus de seriedad fingida y espere su siguiente declaración: si contradice la anterior, sonriendo, es porque ya no actúa #delabocapafuera, sino asumiendo la actitud de un celebérrimo hablador de pendejadas montado en unos patines que marchan solos y por su cuenta, pues no los saben dirigir. Ah,  ¿pero habrá algo peor que eso? ¡Sí!… que los sensatos, por caer en su chantaje, nos dejemos llevar a rastras aunque sea #delabocapafuera. A nosotros, el pueblo sabio, no nos lo va a perdonar…y con mucha razón.

Claro que nos quedamos cortos, por razones de espacio, hay otros que #delabocapafuera dicen peores sandeces. Ya los iremos recordando.           




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