Es indudable que el deterioro del distribuidor Las Chimeneas se suma a otras problemáticas que padecen los carabobeños. Esta es una de las principales vías que utilizan los valencianos para ir a sus trabajos o realizar sus actividades diarias.
Luis Pérez transita diariamente por esta vía que lo conecta de su casa al trabajo. Al pasar por el distribuidor daña los cauchos, motor, amortiguadores, entre otras partes de su carro, piezas que se le dificulta comprar por sus elevados costos, cuando se consiguen. «Uno puede pasar muchos días para conseguir un repuesto».
Los huecos en la vía que lleva al distribuidor generan caos vehicular, desde la Autopista del Este en Valencia. Los conductores deben reducir la velocidad para que sus carros sufran el menor desgaste posible.
A estas dificultades se suma la inseguridad. Los conductores y acompañantes se ven amenazados reiteradamente. Se trata de una vía oscura y al reducir la velocidad los vehículos se convierten en un blanco fácil para los delincuentes que acechan en el sector. La mayoría de los delitos ocurre en la noche. «Colocan trampas en los huecos para que los carros se accidenten», relató Luis Pérez.
Leo Castillo, otro conductor de la zona, detalló que los daños en el distribuidor Las Chimeneas llevan aproximadamente un año. Las autoridades no han hecho ningún tipo de reparación. «En época de lluvias, el embotellamiento se incrementa y aumenta el tamaño de los huecos».
El 11 de julio de 2015 el Gobierno de Carabobo inició el Plan de Recuperación Vial que intervendría 34 distribuidores en los municipios Valencia, Libertador, Puerto Cabello, San Diego, San Joaquín, Naguanagua y Guacara. El distribuidor Las Chimeneas quedó en el olvido.