EFE

Édgar Ramírez transformó
completamente su cuerpo para interpretar a Roberto Durán en «Hands of
Stone», pero su prueba de fuego para conseguir el beneplácito del célebre
púgil panameño fue, según relató el actor venezolano a Efe, bailar y cantar frente
a él.

«Nos vimos por primera vez
en su tasca de Ciudad de Panamá, donde suele cantar con su banda»,
rememoró Ramírez justo antes del estreno este viernes en EE.UU. de «Hands
of Stone», dirigida y escrita por el cineasta venezolano Jonathan
Jakubowicz.

«Y lo primero que me dijo
fue: ‘Baila’. Y eso hice. Después me dijo: ‘Canta’. Me lancé. Entonces me
saludó y me dijo que estaba listo para ser Roberto Durán en la gran pantalla
porque el boxeo, en su mente, iba a ser lo más fácil. No fue así, claro»,
indicó entre risas el actor de «El Libertador» y «Point
Break».

«Gozar la música y estar en
el momento. Reír en la tristeza. Para él, son cosas fundamentales. Esa es su
historia. Reír, llorar y reír aún más fuerte. Entre esos dos extremos oscila la
vida de Durán. Por eso me resulta tan fascinante», manifestó.

Ramírez y Durán han sido uña y
carne a lo largo de toda la producción, hasta el punto de que el intérprete
califica su relación actual de «profunda y personal», cimentada en
las largas horas de entrenamientos que, a menudo, acababan con el actor
exhausto en la lona.

«Lo hizo todo a lo largo del
proceso. Ayudarme, apoyarme, entrenarme… Me mandaba a casa arrastrándome y
con la esperanza de que pudiera volver al día siguiente. Fue un tiempo que
gocé. De hecho, hay mucha gozadera, color y música en la película, elementos
que reflejan su personalidad», sostuvo Ramírez.

«Hands of Stone»,
protagonizada por Ramírez, Robert De Niro, Usher Raymond, Ana de Armas, Rubén
Blades y John Turturro, fue rodada entre Panamá y Nueva York durante 65 días
entre finales de 2013 y marzo de 2014 y contó con un equipo de 300 personas y
unos 15.000 extras.

Se trata de la mayor producción
jamás creada en Panamá y la cinta latina con el mayor lanzamiento visto hasta
ahora en salas estadounidenses. Este viernes, se lanzará en 800 cines del país
y el miércoles ese número aumentará hasta los 2.500.

El filme cuenta la vida de
Roberto «Mano de Piedra» Durán, todo un héroe nacional en Panamá,
desde el momento en el que acepta ser entrenado por el mítico Ray Arcel (De
Niro) hasta la gran rivalidad que surge con Sugar Ray Leonard (Usher), todo
ello mientras se profundiza en la ocupación panameña por las tropas
estadounidenses, el contexto en el que se crió el púgil.

«Es una película
profundamente emocional», señaló Ramírez como el punto fuerte de una obra
que pretende congregar en los cines al heterogéneo y, a menudo complicado de
descifrar, público latino.

«Cuenta la historia de
afectos y desafectos de un héroe latinoamericano. Hay pocos proyectos así que
lleguen a EE.UU. de manera tan contundente», indicó el actor, consciente
de que los retratos de personajes protagonistas latinos en Hollywood
frecuentemente tienen hacia «los bandidos, dictadores y pillos».

«Esta es la historia de un
gran hombre. De un hombre bueno. A mí eso me llena de satisfacción»,
subrayó el actor. «Si todo sale bien», deseó Ramírez, «vamos a
ver un gran cambio en la percepción de nuestra cultura en la pantalla de
Hollywood».

La actuación de Ramírez está
siendo aclamada por la crítica especializada gracias a un personaje que tiene
algunos puntos en común con el Jake LaMotta que encarnara el propio De Niro en
«Raging Bull» (1980).

«Ambos comparten la
capacidad de canalizar una furia muy grande, pero les diferencia ese goce de la
vida, esa actitud juguetona, el ser un niño que siempre busca la risa y el
gozo. Esa alegría de vivir es clave para la historia y traté de acercarme a
ello», valoró el intérprete, que cambió su método de preparación en esta
ocasión.

Ramírez, que estudió Periodismo y
trabajó en medios de comunicación antes de ser actor, tiende a documentarse
extensivamente y aproximarse «académicamente» a cada uno de sus
personajes.

Sin embargo, aquí supo
inmediatamente que debía convertirse en boxeador para comprender a Durán.

«Le entré por el cuerpo,
adquirí sus cualidades y viví como un boxeador para construir el personaje. Lo
hice desde el instinto y no desde la cabeza. Luego me di cuenta de que ese
proceso tiene mucho que ver con el boxeo. El cuerpo es el instrumento, pero es
tu habilidad mental y tu estrategia la que te da la posibilidad de ganar»,
subrayó.

Tras esta película, Ramírez y De
Niro rodaron «Joy» y volverán a coincidir en un nuevo proyecto que
prepara Jakubowicz.

«Robert es de las personas más generosas que he conocido. Es
abierto, amable, curioso y está ávido de experimentar cosas nuevas y explorar
nuevos territorios. Sigue tan vitalista como al principio de su carrera. Eso me
inspira y nos ha conectado», manifestó. 




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