Luis Cisneros Croquer

ESCRIBO CON PESADUMBRE, pero sin desfallecer definitivamente, con un halo de esperanza, aunque por ahora, el presente es agónico. Sumidos estamos los magallaneros, ese SENTIMIENTO NACIONAL, por el resultado de las acciones de la Junta Administradora, el equipo técnico y los peloteros todos, porque victorias y no victorias es pertenencia de todos, no de unos cuando se gana y de los otros cuando se pierde. DICHO LO CUAL y que se pueda entender, vamos al asunto sin ufanarnos de ser portadores de la verdad absoluta. Intentamos poner las cosas en orden. AYER, cuando los peloteros jugaron asertivamente, con efectividad y rendimientos y hubo armonía en la cueva, y se contó con el auxilio de importación de rendimientos aceptables para esta liga, nos sonrió la victoria y recuperamos el mayor trofeo y asistimos a contiendas finalistas. Creció alrededor de la divisa una aguerrida juventud junto a la siempre constante presencia de los viejos magallaneros, que no se cambian, que navegan tantos años con mar picado o con viento a favor y olas compañeras.  ASÍ FUE, pero no es ahora. Las Grandes Ligas, lugar ansiado se llevan el material que inició su formación aquí pero que ahora la reglamentación de sus con dueños, les impide uniformarse como son nuestros deseos. Son consecuentes y les aplaudimos cuando se presentan  ante las tribunas para manifestar su amor por el equipo. Pero no juegan aquí y hacen falta. Y por ello también hacen falta cubrir esos huecos, por decirlo de alguna manera, con una sólida importación. No está fácil porque muchos no quieren venir, y otros se van a pescar, o no les llaman la atención la paga, o algo han oído de la inseguridad; hay hasta casos de preñez de la esposa compañera más, todo eso y, mucho más es atribución y obligación de los administrados de la divisa, no del manager. El puede ayudar y recomendar, pero es en manos de los dirigentes y especialmente aquellos que dicen conocer del asunto, el tema y resolución. Y AQUÍ VAMOS entonces a hablar de nuestro ALMIRANTE, Carlos García, a quien parece que le quieren cobrar toda la cuenta, incluyendo entre los cobradores, amigos y aficionados. CREO que se es injusto cargarle la mano a García, porque tiene que haber sufrido tanto como nosotros, o mucho mas de seguro, la estrepitosa caída del mayor porcentaje de la importación de lanzadores y la inconsistencia constante, con las excepciones, pocas, que han funcionado. Y seguramente que de igual manera se ha alegrado por la presencia de los jóvenes prospectos que, en la defensa y ofensiva representan la vida futura inmediata del equipo. AHORA enfrentados a esa realidad y obligados a rectificar y buscar remedios para la enfermedad, en función de la situación, salud terminal, la afición espera que haya aceptación de la responsabilidad compartida, la de nosotros y la de los otros, y no salirnos alegremente olvidando al hombre, ciudadano, atleta, y dirigente de postín en el mejor béisbol del mundo que, hemos tenido la oportunidad de tenerlo con sus enseñanzas y ejemplos, porque como decía el recordado “Chivo Negro”, ASÍ SON LAS COSAS. La vieja costumbre, que no ha dejado de dañarnos como sociedad, de que el culpable es aquel y que nosotros, “estábamos comprando kerosene”.  Alertado fui por el peligro del virus de la desunión en el dogout que regularmente inocula la ambición por la silla, histórica búsqueda que no nos deja avanzar y que hace más daño que un ponche de pie con 3 en base. BUENA SUERTE, OMAR. Que todos empujen a tiempo y en el mismo sentido.

nirguayork48@hotmail.com




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