Fidel Castro, el dictador que marcó el último siglo con su revolución de los “barbudos” y la lucha contra Estados Unidos, dejó tras su muerte un país en expectación, que a poco a conocido rasgos de la libertad que le negó por mas de 50 años.
Cuba es un ícono del comunismo mundial y, con fotografías de Cristian Vera, El Carabobeño ilustra la vida en la isla.
El controversial líder, que jamás se deshizo de su barba y fumó puros hasta 1986, falleció el viernes a las 10:29 p.m. para dar fin a una figura política que se proyectó al mundo desde su pequeña isla caribeña, en la que ejerció un régimen de poder absoluto por 48 años.
Una Cuba en duelo le rinde tributo, mientras otros celebran y el mundo recuerda su influyente así como controvertido legado. Pero todos se preguntan qué viene ahora para este penúltimo bastión comunista?
Para Carlos Alberto Montaner, periodista y escritor cubano, la muerte de Fidel Castro no significa el fin de una era. A su juicio esta solo llegará con la muerte del presidente cubano, Raúl Castro.
Y no parece estar alejado de la realidad. Tras la cadena del menor de los Castro, la isla pareció detener su marcha en seco. Pese a su edad y visible deterioro, el deceso del dictador sorprendió a todos, y más cuando ni siquiera hubo rumores previos sobre su salud. Mientras en el exilio en Miami destapó botellas de champán. «¡Cuba libre!» y «¡Libertad, libertad!», gritaron los férreos opositores al gobierno socialista.
Cada quien procesó la noticia a su modo. Y eso fue lo que hizo, una enfermera de La Habana, jubilada de 65 años,quien resumió lo que significó Fidel para generaciones de cubanos. «Él fue el otro padre que yo conocí, le debo los estudios de enfermería, se lo debo todo», dijo esta mujer que confesó haberse medicado para controlar los nervios.
Ahora la isla caribeña, que se preparaba para celebrar una de las gestas de su histórico líder (el desembarco del yate Granma que dio paso a su dogma revolucionario); hace lo propio para guardar un luto que durará nueve días.
Una procesión con las cenizas de Fidel Castro recorrerá el país desde el miércoles por cuatro días hasta Santiago de Cuba (oriente), donde serán depositadas en el cementerio Santa Ifigenia, el 4 de diciembre.
Fidel había cedido el poder en 2006 a su hermano Raúl a causa de una crisis intestinal que lo tuvo al borde de la muerte. En 2008 renunció definitivamente a la presidencia y en 2011 a la jefatura del Partido Comunista de Cuba.
Para el momento de su deceso los cubanos ya llevaban una década sin su máximo líder al frente. Pero la nación continúa aún bajo el mismo régimen impuesto por él. Y es que el comandante de “los barbudos” que en agosto pasado cumplió 90 años, pese a la vejez y las secuelas de la enfermedad que lo habían diezmado; con su sola imagen seguía ejerciendo gran influencia.
Aspectos como que llegó a ser el más antiguo gobernante en ejercicio en el mundo y bajo su régimen nació el 70% de los más de 11 millones de cubanos, el haber enfrentado a 11 presidentes de Estados Unidos, y en 40 años (1958-2000), así como escapar a 634 complots asesinos, según Fabián Escalante, ex jefe de inteligencia cubano, validan este escenario de poder absoluto aún desde su retiro.
«No creo que la muerte de Fidel cambie en nada la política del país, ésta seguirá por el mismo curso que va. No es una noticia inesperada», declaró a la AFP Carlos Alzugaray, ex diplomático y académico cubano.
Pero para Miriam Leyva, una opositora que perteneció a las Damas de Blanco, la muerte de Fidel abrirá oportunidades. «Ya es hora de que el pueblo cubano tenga posibilidades de tener nuevos dirigentes en Cuba y poder participar en la vida política, económica y social de nuestro país por voluntad propia», dijo a la AFP.
AFP/ EFE/ El Comercio.